Improvisan bacheo de un tramo en ruinas de la avenida Carlos Díez Gutiérrez

Los vecinos, cansados de esperar una solución, optaran por improvisar un “bacheo” utilizando tierra, plásticos y basura para cubrir algunos de los múltiples hoyos que adornan la vía

Fernanda Durán / El Sol de San Luis

  · viernes 8 de noviembre de 2024

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La avenida Carlos Díez Gutiérrez, en la colindancia entre el barrio de San Sebastián y la colonia San Luis Rey, se ha convertido en un dolor de cabeza para los habitantes de la zona. Desde hace varios días, las aguas residuales han inundado la vía, generando mal olor y afectando gravemente el tránsito vehicular.

Los problemas comenzaron desde la calle Pino Suárez y se extendieron hasta Nicolás Romero, incluso llegando a las calles paralelas cercanas a Francisco Vélez. La constante presencia de aguas residuales ha hecho que los vecinos, cansados de esperar una solución, optaran por improvisar un “bacheo” utilizando tierra, plásticos y basura para cubrir algunos de los múltiples hoyos que adornan la vía con lo que hasta la mañana de este jueves lograron limpiar la zona.

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Sin embargo, el problema de fondo no son solo los baches, sino también la condición del drenaje, que ha provocado que los vehículos se vean obligados a modificar sus rutas. Los camiones que transitan por esta zona han tenido que evitar la avenida Carlos Díaz Gutiérrez, eligiendo rutas alternas por las calles Espinosa y Cuevas para no sufrir daños en sus neumáticos ni comprometer la seguridad.

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Por otro lado, los vehículos particulares y camiones que se atrevan a transitar por esta avenida deben maniobrar con cuidado, sorteando los baches profundos y el agua estancada en algunas partes de la vía. La situación no solo afecta a los automovilistas, sino también a los peatones, que deben enfrentarse a un ambiente insalubre debido al mal estado de la infraestructura.

Los vecinos han solicitado a las autoridades locales una pronta intervención para solucionar tanto el problema del drenaje como el arreglo de los baches, pues aseguran que la situación no solo representa un peligro para la movilidad, sino también para la salud pública.

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