La llegada de las importadoras a San Luis Potosí, ocurrió en circunstancias distintas a las que tienen las tiendas de mercancía china, explicó Alberto Narváez Arochi, ex presidente de la asociación Nuestro Centro.
Aunque el comercio local en el Centro Histórico ha variado con el paso de los años, las condiciones han sido diferentes, por ejemplo, hace tres o cuatro décadas se dio la llegada de las llamadas importadoras, negocios de inversionistas nacionales que se enfocaron en un mercado que era prácticamente virgen: la electrónica.
Narváez Arochi explicó que estos negocios comenzaron con la comercialización de productos como videocaseteras, televisiones, grabadoras, entre otros electrónicos. De manera que su llegada no causó mayor resistencia entre el comercio local, pues se trataba de un nicho de mercado que no había sido explotado por los potosinos, además de que se instalaron en locales que conservaron sus características sin alterar el entorno.
Actualmente, San Luis Potosí vive la llegada masiva de tiendas que comercializan mercancía china, y a diferencia de las importadoras, se trata de inversión extranjera, “ellos traen mucho apoyo de su gobierno inclusive con préstamos a fondo perdido para instalarse y obtener rendimientos fuera de China”.
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Estos negocios tienen una variedad de mercancía que venden a muy bajos precios, “venden muy barato, producto de un sistema de distribución muy adelantado con una producción a muy bajo costo”, lo que les permite obtener buenas ventas pese al entorno económico difícil que atraviesa México.
Destacó que al estar instalados en el Centro Histórico, los establecimientos deben respetar los lineamientos del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) en cuanto a conservar las fachadas y utilizar la paleta de colores característica del Centro, aunque sí utilizan la grafología de su país para nombrar los comercios.
Así mismo, señaló que “sería muy vano irnos por un tema de la competencia desleal, ellos utilizan las ventajas que tienen respecto a México, y las están explotando”, recordó que la misma animadversión que han generado estos negocios, surgió cuando comenzaron a instalarse tiendas de conveniencia “en cada esquina”, pues se les acusaba de ser competencia desleal para las tienditas, sin embargo ambos modelos de negocio han coexistido.
Agregó que tampoco se puede regresar a una economía cerrada como los años 50’s, aunque aclaró que si bien generan empleos y desarrollo económico, el valor que genera su actividad no se queda en México, sino que se va a su lugar de origen, tal como ocurre con la industria manufacturera.
Narváez Arochi destacó que en este caso, los tres niveles de gobierno debieran buscar la forma de apoyar al comercio local, pues cuando voltean a ver al comercio es para cobrar impuestos, licencias y demás, “incluso en tramitología, revisiones… para ver qué le sacan (al comerciante), cuando el gobierno chino hace lo diametralmente opuesto”.