Desbordante y evidente fervor se impuso durante la celebración eucarística en honor a Nuestra Señora de Guadalupe, al ser honrada en su Basílica, son una emotiva eucaristía que presidió a las 12:00 del medio día, este 12 de diciembre, el Arzobispo Emérito de San Luis Potosí, Monseñor Jesús Carlos Cabrero Romero, quien estuvo acompañado del Canónigo, Presbítero Gabino Medina Portales, Rector de la Basílica-Santuario y de los Vicarios Parroquias: Presbítero Rodolfo Duarte Ramírez y Presbítero, Lic. Ramiro Hernández Herrera.
Monseñor Cabrero, en su homilía, agradeció a Dios el que la fe no haya disminuido, diciendo: “ante tanta adversidad, todos nos acercamos a la Guadalupana a suplicarle favores de todo tipo y a darle gracias a Dios por todo lo recibido durante el año”, dijo.
“Siempre he constatado”, dijo, “que miles de fieles vienen a honrar y a agradecer favores recibidos y bendiciones a la Morenita del Tepeyac”, en referencia a quienes hicieron formación desde temprana hora para entrar a la Basílica Parroquia-Santuario de Nuestra Señora de Guadalupe, la cual lució a su máxima capacidad.
Penitentes de todo tipo, pero de manera especial gente de escasos recursos y muy jóvenes, acudieron a las plantas de la hermosa Virgen del Tepeyac.
Los fieles presenciaron la solemne celebración eucarística que presidió monseñor Cabrero, quien dirigió a los fieles un mensaje muy emotivo y que se centró en el amor que se debe tributar a la Madre de Dios, a quien se festeja 46 días antes de su fiesta con los rosarios en su honor, que ya son toda una tradición.
Indicó Cabrero que “el fervor y amor a la Santísima Virgen nos debe de unir e identificar, y al igual que Ella dijo sí a Dios, también nosotros debemos darle nuestro Sí al Señor, para servirle en la persona de aquellos que viven el “invierno” de la soledad, la enfermedad, la tristeza, el desaliento, la pobreza, o bien el invierno del pecado que no los deja ser felices, que no los deja ser solidarios hacia los demás, el invierno de un egoísmo que no los deja ser libres para amar, perdonar y ayudar a sus hermanos”.
“Me da mucho gusto poder constatar que cada vez más, personas jóvenes demuestran su fervor y amor a la Virgen de Guadalupe, la cual logró reunir en un solo día a miles de fieles guadalupanos, a pesar del frío y la lluvia, las bajas temperaturas no ahuyentaron a los fieles”, concluyó.