- Los potosinos volcaron todo su amor a Jesús Eucaristía
- Adoraron al santísimo en imponente peregrinación
En la hermosa arquitectónica Catedral metropolitana potosina se celebró la magna solemnidad del Corpus Christi, es decir, el día especial en que se adora el cuerpo, la sangre, el alma y la divinidad de Jesucristo en la hostia consagrada. Día de precepto en el que la iglesia católica pidió asistir a misa a todo católico creyente en la eucaristía.
La solemne celebración eucarística, fue presidida por el arzobispo emérito de San Luis Potosí, monseñor Jesús Carlos Cabrero Romero, quien acompañado de algunos miembros del H. Cabildo Catedralicio y de otros sacerdotes, adoró a Jesús Sacramentado en compañía de un gran número de almas sedientas de amar y adorar al Santísimo.
La adoración con el santísimo se realizó de la S.I Catedral metropolitana potosina hasta llegar a la hermosa Basílica de Guadalupe, haciendo el recorrido por la calle de Ignacio Zaragoza y la Calzada de Guadalupe, hasta llegar al atrio del recinto mariano, donde Mons. Cabrero dio la bendición solemne.
En su homilía el líder católico espiritual exhortó a desagraviar a Jesús en la hostia consagrada y a revalorar el gran regalo de la eucaristía y a adorar a dios en su cuerpo, su sangre, en su alma y su divinidad, y a ofrecerle un corazón limpio, contrito, amoroso, convertido, con un amor puro, cristalino, transparente, sin mancha de ningún tipo de pecado, para que el dueño de nuestro existir, sea quien impere en nuestra vida, alejándonos de todo odio, rencor, venganza, egoísmo, maldad, división, de toda maldad y de todo aquellos que nos aparte de su amor misericordioso.
“Entreguemos nuestra vida a Dios y que sea Jesús Sacramentado el Dueño de nuestra vida y de nuestro corazón”.
SOBRE LA SOLEMNIDAD DEL CUERPO Y LA SANGRE DE CRISTO
Corpus Christi (“Cuerpo de Cristo”) o Solemnidad del Cuerpo y la Sangre de Cristo, antes llamada Corpus Domini (“Cuerpo del Señor”), es una fiesta de la iglesia católica destinada a celebrar la eucaristía. Su principal finalidad es proclamar y aumentar la fe de los creyentes en la presencia real de Jesucristo en el Santísimo Sacramento, dándole públicamente el culto de adoración (latría) el jueves posterior a la solemnidad de la Santísima Trinidad, que a su vez tiene lugar el domingo siguiente a Pentecostés (es decir, el Corpus Christi se celebra 60 días después del Domingo de Resurrección).
La fiesta surgió en la Edad Media, cuando en 1208 la religiosa Juliana de Cornillon promueve la idea de celebrar una festividad en honor al Cuerpo y la Sangre de Cristo presente en la Eucaristía. Así, se celebra por primera vez en 1246 en la diócesis de Lieja (Bélgica).
En el año 1263, mientras un sacerdote celebraba la Misa en la Iglesia de la localidad de Bolsena (Italia), al romper la Hostia consagrada brotó sangre, según la tradición. Este hecho, muy difundido y celebrado, dio un impulso definitivo al establecimiento como fiesta litúrgica del Corpus Christi. Fue instituida el 8 de septiembre de 1264 por el Papa Urbano IV, mediante la bula Transiturus de hoc mundo.
Las celebraciones del Corpus suelen incluir una procesión solemne en la que la Hostia Consagrada se exhibe en una custodia, lo cual se hizo en todos los templos católicos a nivel estatal, nacional e internacional.