Emotiva Misa Dominical celebró en la emblemática Basílica Santuario-Parroquia de Nuestra Señora de Guadalupe, Monseñor Luis Morales Reyes, a quien este 01 de Octubre, a las 12:00 horas, se le vio evidentemente mejorado de salud, por lo que en esta celebración Eucarística dimos gracias a Dios que ha escuchado las oraciones de su pueblo, para que siga fortaleciendo en su enfermedad a tan querido “Padre en la fe”, a quien los potosinos le tenemos profundo afecto y gratitud, pues al saberse la noticia de que padece cáncer de pleura, los Arzobispos, Monseñor Jorge Alberto Cavazos Arizpe y Monseñor Jesús Carlos Cabrero Romero, instaron a todo el presbiterio y fieles a orar fervorosa y constantemente por su salud, y así se sigue haciendo de forma permanente y perseverante todos los días.
Los fieles le aplaudieron prolongadamente, mostrándole así el gran afecto y cariño, admiración y profundo respeto que le tienen al Arzobispo Emérito, a quien le agradecen el gran ejemplo de vida y enseñanzas que nos ha dejado en sus celebraciones Eucarísticas, en sus escritos y homilías, a través de sus mensajes evangélicos que sin duda alguna nos comprometen a transformar nuestra vida de una u otra forma, también agradecen sus correcciones que nos han hechos ser mejores creyentes en Cristo, mejores seres humanos, hijos de familia, trabajadores, y por consecuencia mejores ciudadanos.
Todo el pueblo santo de Dios se mostró gustoso de verle nuevamente celebrar a tan querido Sucesor de los Apóstoles, acompañado del Canónigo, Presbítero Gabino Medina Portales, Rector y Párroco de la arquitectónica y bellísima Basílica, Santuario-Parroquia de Nuestra Señora de Guadalupe, y al verse tan querido por el pueblo santo de Dios, agradeció infinitamente las innumerables muestras de afecto y cariño, y sobre todo las oraciones para que pueda seguir adelante en esta dura prueba de su enfermedad, que se torna más ligera, al verse acompañado de todos los que lo aprecian, admiran y respetan.
En su homilía dijo:
“En mi enfermedad le dije a Dios, “Hágase en mi Tu santa voluntad y no la mía”, y así le sigo diciendo. Acepté la voluntad del Señor como Cristo bendito la aceptó el Jueves Santo en el Monte de Getsemaní, previo a Su Pasión Dolorosa, cuando sudó sangre”, por eso, los invito a todos a hacer la voluntad de Dios nuestro Padre, aunque nos cueste trabajo decirle que se haga Su voluntad y no la nuestra, pero si lo amamos y vamos de Su mano, podremos aceptar Su voluntad sea cual sea”.
“El Señor nos ayuda a cumplir Su voluntad, como lo hizo con Su Hijo Jesucristo; prometámosle ser obedientes a Su voluntad y seguir sus Mandamientos de amor y de vida eterna, porque a veces no hacemos Su voluntad. Arrepintámonos de todo corazón para cambiar de vida, para transformarnos en Cristo, tenemos Su ayuda para lograrlo y preguntémonos cada día: ¿Qué haría Jesús en mi lugar, en este preciso momento, en esta circunstancia que vivo?, ¿Estoy dispuesto a decirle sí cada día, y si le digo no, me arrepiento de haberle dicho que no?”.
“No nos desanimemos si acaso hemos errado o fallado algunas veces, pero ya hay que decirle a ese Padre bueno siempre: ¡Sí voy!, y vayamos, y trabajemos con Él y para Él, Quien debe ser el principio y fin de nuestra Vida, el Dueño de nuestro amor y de nuestro corazón, pues es Dueño de la Vida y de la eternidad, el eje central de nuestra Vida, por Quien vivimos, nos movemos y existimos”.