En la localidad de Pardo, situada a 12.0 kilómetros del municipio de Villa de Reyes se encuentra la ex Hacienda de Pardo.

Un vestigio arquitectónico que se erige en medio del descubrimiento de las minas en Cerro de San Pedro en 1592.

Luego en el año de 1600 el hacendado Domingo Gallegos, sin dar un nombre específico a su finca, inició la construcción de su Hacienda entre Bledos y Santa María del Río, por ser una zona cómoda y fuerte, pero sobre todo con mucho comercio entre españoles.

Según los datos recabados por algunos cronistas e historiadores, este personaje adquirió las tierras contiguas, pero para el año 1625 el escribano Matías Pardo compró la construcción a Gallegos y a partir de entonces se llamó la Hacienda de Pardo.

Esta hacienda la heredaron sus hijos Juan, Leonor y Pedro Pardo de Quezada, abogado de profesión. En siglo XVII quedó en manos de quien fuera uno de los principales benefactores del convento de san Francisco, José de Ereparaz y su esposa Rosalía Rosa Martínez, quienes al morir heredaron todo a su hijo, el bachiller Manuel Eligio Ereparaz.

La hacienda define un estilo muy particular en 1920, siendo propiedad del Varón de Von Hiller y su Esposa Doña Emilia, quien al ser norteamericana construye la casa principal con un estilo norteamericano, mezclado ya con el español y alemán.

Una construcción bellamente diseñada, que con el pasar de las décadas fue modificada siguiendo los cánones europeos de la arquitectura de campo de la época y data de ese año en específico.

Hasta la fecha, esta exhacienda refleja un estilo muy diferente al contexto que la rodeaba.

En el siglo XX aparece como dueño Fritz Moris, a quien le tocó la resaca de la revolución, el reparto agrario, los ejidos y prácticamente fue cuando la hacienda desapareció.

Hoy este espacio está destinado como un punto obligado para el turismo que visita el municipio de Villa de reyes, un lugar que también cuenta con los resquicios de lo que fuera una fábrica de mezcal llamada “La Alcoholera”, que tuvo origen el siglo XX.

"En principio la intención fue producir alcohol, pero cambió a mezcal, por ser este más cotizado.

Otra actividad complementaria era la producción de ladrillo y losa de barra vidriada, la primera persiste en la región con los ejidatarios, la otra desapareció", comentó uno de los guías de este hermoso lugar.