La regularización de los autos denominados chocolate sería un golpe duro para la industria automotriz mexicana, pues podría provocar nuevamente una caída del 30 por ciento en el sector, similar a la que se tuvo en 2006 cuando en la administración de Vicente Fox se autorizó la entrada de millones de estos vehículos.
Señaló lo anterior el presidente de la Asociación Mexicana de Distribuidores de Automotores (AMDA), Javier Abella Zendejas, quien manifestó que esta situación les preocupa mucho porque el mercado al día de hoy lleva un acumulado de 28 meses en números negativos, pues desde junio de 2017 mes con mes las ventas cada vez se han ido reduciendo.
“Es una situación muy delicada a la que hay que ponerle mucha atención, se quiere afectar a una de las principales industrias del país, la que más empleo genera en el sector manufacturero. Se calcula que la industria automotriz representa más del 40 por ciento del PIB, donde entran distribuidores de autos, fábricas y autopartes, es un negocio inmenso. Por un lado queremos que las armadoras lleguen a nuestro país a generar fuente de empleo, pero por otro cometemos estas tonterías de legalizar algo que la historia ya nos ha dicho que afecta la industria automotriz”, expresó.
Por otro lado cuestionó que realmente sean 18 millones de autos chocolate los que estén circulando en el país, pues se estima que a nivel nacional el parque vehicular es de entre 37 y 40 millones de automóviles, lo que significaría que los “chocolate” representarían un 40 por ciento de estos, “lo que sería prácticamente falso”.
“Es imposible que se sepa cuantos autos chocolate hay en nuestro país, se habla de 18 millones cosa que es absurda. Hay que saber distinguir entre los que son chocolate, los que son de contrabando y los que algún día fueron importados de EUA, que estos últimos no se les debe llamar chocolate porque son autos usados que entraron pagando impuestos, es decir por la vía legal”, añadió.
Finalmente hizo un llamado al Senado para que rechace el artículo transitorio que busca legalizar el contrabando de autos, pues consideró que con ello se busca violentar las reglas, cambiando la ley por intereses políticos.