- Reciben en los Tangamanga, donaciones de decomisos de la Profepa y rescatan algunos por el crecimiento poblacional
A pesar de la reducción de horarios en el Parque Tangamanga, implementados por la pandemia de Covid-19, la Unidad de Manejo Animal (UMA) que se ubica al interior de este centro recreativo trabaja de manera normal.
La nueva modalidad en el ingreso de visitantes ha traído tranquilidad a jaguares; gatos monteses; coyotes; mapaches; llamas; y aves de todo tipo, rapaces como los halcones, pero también pavoreales, faisanes y avestruces; así como diversos animales de corral.
En breve será inaugurado un nuevo espacio, de aproximadamente mil 500 metros cuadrados, con lago artificial, troncos y un espacio digno para albergar a felinos mayores, hasta ahora dos jaguares (panthera onca), un ejemplar negro llamado “Pazum” y otro que espera nombre, decomisado apenas este año.
Las avestruces, observan los cuidadores del lugar, se acercan sin temor al enrejado y se desenvuelven con más libertad. Este sábado pudieron observarse a una veintena de animales de corral, como borregos y cabras, pastando en áreas comunes, situación que sería imposible con los horarios normales de ingreso.
Las Unidades de Manejo Animal de los Parques Tangamanga 1 y 2 están a cargo de la médico veterinaria, Paola Mejía. La UMA ubicada al interior del centro recreativo en el poniente de la capital ha visto acrecentada su población debido a los animales que recibe en donación, en su mayoría decomisados por la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente (PROFEPA), y hoy alberga a más de 300 animales.
De igual forma, el crecimiento de la zona urbana ha generado al aumento de especies resguardadas en lo que se ha convertido en un auténtico oasis para los animales, coyotes y halcones han sido rescatados luego de ser encontrados deambulando en fraccionamientos de la zona metropolitana.
Origen de la Unidad de Manejo Animal
Estos sitios surgieron como respuesta a la Ley que prohibió a los circos utilizar animales, con lo que muchos fueron abandonados y sin poder sobrevivir en su ecosistema natural; así como con la misión de promover esquemas para la liberación, rehabilitación y recuperación de animales decomisados por maltrato y venta ilegal.
En este lugar han logrado desarrollar y promover esquemas alternativos de producción, compatibles con el cuidado del ambiente, a través del uso racional, ordenado y planificado de los recursos.
En una visita realizada por El Sol de San Luis se pudo constatar que prácticamente está listo un nuevo espacio, de aproximadamente mil 500 metros cuadrados, una fosa que albergará a felinos mayores, que próximamente será inaugurado.
Aunque en el UMA se encuentran en cautiverio felinos mayores, aves rapaces y otras especies salvajes, el lugar no es propiamente un zoológico; si se recibe un animal al que se le pueda garantizar una liberación segura, se le libera, si no puede regresar a su hábitat se queda en el lugar.
Tal fue el caso de la llegada del jaguar llamado Pazum -“gato grande” en lengua tének-, felino que llegó por donación con aproximadamente un año de nacido, esta especie aprende a vivir sola hasta los dos años, al estar en cautiverio desde tan pequeño fue imposible liberarlo.
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