Descrito como un hombre de gran calidad humana, de gran servicio a los demás y con un “corazonsote”, Carlos Eduardo Abad Altamirano, el bombero fallecido en cumplimiento de su deber, fue homenajeado este lunes por sus compañeros, algunos de instituciones de otros municipios.
Hay luto en el H. Cuerpo de Bomberos Metropolitano de San Luis Potosí, pero también brotan las anécdotas. “Se fue a cumplir otra misión”, dice uno de sus compañeros.
Desde temprana hora fue colocada una ofrenda, una especie de altar en su honor, en la estación central de bomberos “Mariano Jiménez”, y durante todo el día en la funeraria a la que fue llevado su cuerpo, familiares, amigos y compañeros hicieron guardia ante su féretro, sobre el cual fue colocado su casco contra incendios
Para la institución, Carlos Eduardo prestó sus servicios como “bombero primero operador” y, como dicen los compañeros que acudieron a su velorio, es incontable el número de servicios, incendios y rescates, a los que respondió, el último este domingo en la carretera 57.
- El responsable del percance, logró darse a la fuga, y al momento se ignora su paradero.
Su familia, su esposa e hijas también lloran su ausencia, pero al mismo tiempo lo recuerdan con su sonrisa eterna, y lo amoroso que fue con ellas. Sus compañeros, bomberos y rescatistas de otras dependencias, resaltaron su calidad humana; todas la estaciones de bomberos de San Luis Potosí permanecen a media asta.
Este martes, por la mañana, se realizará la misa en el templo de la Venida del Espíritu Santo, en prolongación eucaliptos, en la colonia Las Águilas, y a las 11:00 horas se hará una parada de despedida en la estación central de bomberos “Mariano Jiménez”, a la que perteneció durante más de una década. Su cuerpo será sepultado en el panteón de El Morro, en Soledad de Graciano Sánchez.