Aunque, desde que inició el mes de mayo, San Luis Potosí asumió un semáforo epidemiológico verde permanente y el cubrebocas dejó de ser obligatorio en los espacios abiertos, el Arzobispo Emérito de San Luis Potosí, Jesús Carlos Cabrero Romero, consideró que fue demasiado pronto el haber tomado esta decisión pues, en sí la pandemia continúa y ahorita quienes están siendo padeciendo más las consecuencias que trae consigo el Covid-19 son los niños y jóvenes.
Comentó que, a pesar de que autoridades sanitarias declararon a los medios de comunicación que se eliminaría la semaforización epidemiológica a nivel federal, y con ello se harían ajustes a las medidas sanitarias, en ningún momento estas declaraciones fueron “formalizadas”, pues dijo que al menos la Iglesia no ha recibido ninguna declaración formal sobre eliminar o cambiar las medidas de prevención.
“Si existe la formalidad deben declararlo así, asesorándose bien y no con afanes politiqueros; nuestras autoridades tienen que cuidar de la vida, la salud y el bienestar de los potosinos. Qué más quisiéramos todos salir ya adelante y que volviera la normalidad de antes, pero ya no va a ser así, pues, por lo que tengo entendido la vacuna ya va a ser anual”, expresó.
En ese sentido, Monseñor Cabrero manifestó que en otros países ya se ha visto cómo se han tomado decisiones precipitadas de eliminar el uso de cubrebocas u otras medidas sanitarias, porque según la pandemia ya está controlada, sin embargo, eso ha traído como consecuencia nuevamente un repunte en los casos de Covid-19.
“Otros países han tenido que echar marcha atrás porque la epidemia que creían que ya había terminado, volvió a surgir. México y sobre todo San Luis Potosí no creo que hayamos sido muy obedientes en razón al tema de las vacunas y las medidas sanitarias, pues, aún en los puntos más críticos de la pandemia muchos andaban sin esos cuidados”, agregó.
Cabe mencionar, que, a pesar de no se ha “formalizado”, a través de algún documento, la modificación de las medidas sanitarias, en muchos templos y parroquias ya no existen tantas restricciones como antes. Por ejemplo, ya no se hace la toma de temperatura ni tampoco hay un límite en el número de personas por banca; pero, sí sigue siendo obligatorio el uso de cubrebocas, se coloca gel antibacterial a las personas y al momento de la Comunión, los feligreses reciben la hostia en la mano para evitar un contacto directo con los sacerdotes.