Fátima Berenic Beltrán Martínez, la “pequeña” gran mujer que lucha por erradicar los estigmas y las burlas contra las personas de talla baja; a través del activismo, intenta borrar la etiqueta, de que quienes tienen una menor estatura, solo “son enanitos toreros, o payasos de circo”.
Apoyada de su familia, Fátima logra superar cada uno de los tropiezos y discriminación a las que se enfrenta día con día. Y aunque muchas veces se ha preguntado ¿Por qué a mí?, limpia sus lágrimas, se pone de pie, levanta su cabeza y sigue luchando, por todos aquellos, que como ella, padecen esta discapacidad.
Al nacer, Fátima, fue diagnosticada con displacía de óseo, es decir, tiene su columna desviada, y por ese motivo no pudo crecer alcanzar una estatura normal. Su discapacidad, meramente motriz, no fue impedimento, para que estudiara la primaria, secundaria, y de ahí ingresará a una carrera técnica de puericultura, personas que se dedican al cuidado de niños de 45 días a tres años.
Con altas y bajas, su vida marchaba normal, hasta que egresó de sus estudios, “fue ahí en donde me enfrente a la realidad”. Cinco guarderías le cerraron las puertas, argumentándole, “me decían que a quien iban a cuidar, si a los niños o a mí, no creían en mis capacidades".
Los pronósticos eran desalentadores, y decidió continuar estudiando, esta vez, cursos de computación. Su familia, jamás dejo de impulsarla, hasta que tocó las puertas del DIF municipal, y fue ahí, en donde el panorama cambio; durante nueve años se desempeñó en diferentes áreas en el Centro Comunitario Maravillas, ubicado en esta ciudad.
“En algún momento me deprimí”, relató, pero sus ganas de salir adelante y de borrar eso estigmas que se mantienen para las personas de talla baja, la hicieron levantarse. A sus 33 años, Fátima, es fundadora del Consejo Estatal de Personas de Talla Baja en San Luis Potosí y forma parte del Consejo Nacional de Talla Baja en México, ambos organismos luchan por los derechos del sector.
“Estamos trabajando para la incluir en el trabajo, en la sociedad, a las personas de talla baja, nosotros no tenemos ese privilegio de estar dentro de un trabajo, por eso casi las personas como nosotros, se van a la fama, los encuentras en la televisión, en el circo, ahora somos los enanitos toreros, queremos ya tachar todo eso”.
Es lamentable que para poder vivir, tengamos que aceptar que se burlen de nuestra condición. Mi única diferencia es ser más pequeña de estatura, pero mis capacidades son exactamente igual que la de los demás.
Como la mayoría de las mujeres, Fátima, quiere algún día casarse y tener hijos; "quiero formar una familia".