Familiares y personas cercanas, son quienes ejercen abuso sexual en contra de los niños, señaló Juana María Castillo Ortega, titular de la Fiscalía Especializada en Atención a la Mujer, la Familia y Delitos Sexuales.
La funcionaria indicó que el abuso sexual en contra de menores de edad destaca en Latinoamérica, y “México anda liderando negativamente”. De acuerdo a la Unicef, más de un millón de niños sufren agresiones sexuales cada año en Latinoamérica.
Al respecto, Castillo Ortega mencionó que la experiencia muestra que “los agresores sexuales de cualquier tipo, desde tocamientos, violaciones, son generalmente los familiares: padrastros, papás, hermanos, tíos, los abuelos en mayor número, ministros de culto religioso, maestros; los cercanos son los que generalmente tienen las condiciones para acercarse a los niños y también intimidarlos”.
Mencionó que mientras hay agresores sexuales que inhiben la denuncia del menor al decirles que sólo se trata de un juego, hay otros que son más violentos, y a ello se suma la renuencia en algunas familias para denunciar, pues por ejemplo cuando se trata de un pariente, se cree que al recurrir a instancias legales se afectará la relación familiar, “hay mucho mito de si le creo o no le creo, el: va a destruir la familia, ¿el niño? el que la destruyó fue el agresor, y más que a la familia al niño, entonces cuesta mucho darse cuenta”.
También descartó que el abuso sexual en menores de edad sea parte de los usos y costumbres en poblaciones indígenas, pues destacó que esta práctica no es algo que se promueva por ejemplo igual que el Xantolo, lo que sucede es que no se denuncia porque está “semi normalizado”.
Señaló que en estos casos, generalmente son maestros o personas que llegan a las comunidades indígenas para realizar su servicio social, quienes denuncian abuso sexual contra menores, por lo que ya se realizan campañas, principalmente en las escuelas, para que los menores identifiquen las conductas ilícitas hacia ellos y las denuncien.
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