Con una mezcla de dolor y coraje, la familia de Lupita Viramontes víctima de feminicidio en el año 2012 en el municipio de Soledad de Graciano Sánchez y quienes integran el colectivo de familias víctimas colaterales de feminicidio “Por ellas, por nosotras y por todas” , realizaron una rueda de prensa tras la decisión del juez Ernesto Rivera Sánchez de otorgar la libertad anticipada a Guillermo Castillo, uno de los responsables de la muerte de Lupita.
Su madre, Susana Cruz, visiblemente afectada, denunció la injusticia de esta decisión y el desamparo en el que han quedado tras 12 años de lucha por justicia.
“Hemos apelado hoy la decisión del juez, quien garantizó todos los derechos del feminicida, pero no escuchó nuestros alegatos. No priorizó el derecho de mi hija ni el nuestro como familia, y tampoco consideró el riesgo en el que ahora estamos”, declaró Susana Cruz. La familia lamenta que no se haya valorado el contexto de amenazas que precedió al asesinato de Lupita y que persisten, comprometiendo su seguridad.
Guillermo Castillo, quien estuvo prófugo de la justicia durante casi una década, fue liberado sin cumplir con un tratamiento terapéutico para su reinserción social, lo que preocupa profundamente a la familia. “No entendemos cómo alguien que burló la ley es premiado con la libertad anticipada”, expresó Susana, quien teme por la seguridad de su familia, incluidos sus dos de sus hijos, quienes también fueron amenazados antes del crimen.
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“El Estado no ha cumplido con su obligación de garantizar nuestra seguridad”, añadió Susana Cruz, quien exigió medidas de protección urgentes a la Fiscalía General del Estado y a la Comisión Ejecutiva Estatal de Atención a Víctimas.
La familia enfatizó que la decisión del juez no solo prolonga su dolor, sino que también envía un mensaje peligroso de impunidad. “Esta decisión extiende la impunidad y nos deja con la sensación de que la justicia para las mujeres es imposible”, afirmó Susana, con una voz quebrada por la desesperación.
A la par, la familia recordó que Lupita no era solo un número en las estadísticas. “Mi hija tenía sueños y proyectos que fueron truncados por los feminicidas”, subrayó su madre, mientras hacía un llamado a la sociedad a unirse en su lucha. “Este dolor es insoportable, pero más lo es cuando las instituciones nos fallan una y otra vez”, concluyó .
Por su parte Esperanza Lucciotto, madre y víctima colateral del feminicidio de su hija Karla Pontigo en el mismo año, dijo que este pronunciamiento de la familia Viramontes Cruz refleja el cansancio de una lucha que lleva más de una década y la necesidad urgente de justicia, para las familia que como la de Lupita, se enfrentan a un sistema de justicia fallido.