La evaluación es un proceso voluntario, manifestó en entrevista la Dra. Patricia Santibáñez Escobar, vicepresidenta del Consejo Nacional de Educación Odontológica (CONAEDO), en el que no todas las universidades del país tienen en su política realizar este método, que permite mejorar la calidad.
Dio a conocer que, comparado con el total de escuelas y facultades del país que imparten esta carrera, solo un 30 por ciento de los programas educativos están evaluados, “hay que considerar que en el proceso se incluyen universidades particulares”.
En relación a la importancia de la evaluación, Santibáñez Escobar, subrayó que la acreditación le da un valor agregado al programa educativo, al egresado y a la institución, ya que supone que la universidad no solo se ha preocupado por estar en los procesos de mejora continua, sino que a través de este proceso demuestra que las actividades realizadas están altamente ligadas a los procesos de calidad.
De la demanda de este profesional en el campo laboral, la evaluadora explicó: “Es sabido que la política a nivel nacional es admitir al mayor número de aspirantes a esta carrera. Ahora bien, una cuestión es la demanda y otra de qué manera se distribuyen los odontólogos en las zonas geográficas, suele haber una gran concentración como sucede con otras licenciaturas en las grandes ciudades”.
Consideró que sí hacen falta odontólogos, sin embargo, puntualizó como necesario distribuir de mejor manera estos profesionales para mayor cobertura y resolver los problemas de salud de la población.
Respecto a los problemas de salud bucal, destacó que están reconocidos desde cualquier institución los padecimientos que deben recibir mayor atención. Al paso de los años se ha advertido la disminución e incidencia de estas patologías, como resultado de la educación que la población ha recibido en diversas instancias, escuelas, universidades, a través del servicio social en escuelas y facultades que se ofrece en clínicas a un bajo costo.
La evaluación es un proceso voluntario, manifestó en entrevista la Dra. Patricia Santibáñez Escobar, vicepresidenta del Consejo Nacional de Educación Odontológica (CONAEDO), en el que no todas las universidades del país tienen en su política realizar este método, que permite mejorar la calidad.
Dio a conocer que, comparado con el total de escuelas y facultades del país que imparten esta carrera, solo un 30 por ciento de los programas educativos están evaluados, “hay que considerar que en el proceso se incluyen universidades particulares”.
En relación a la importancia de la evaluación, Santibáñez Escobar, subrayó que la acreditación le da un valor agregado al programa educativo, al egresado y a la institución, ya que supone que la universidad no solo se ha preocupado por estar en los procesos de mejora continua, sino que a través de este proceso demuestra que las actividades realizadas están altamente ligadas a los procesos de calidad.
De la demanda de este profesional en el campo laboral, la evaluadora explicó: “Es sabido que la política a nivel nacional es admitir al mayor número de aspirantes a esta carrera. Ahora bien, una cuestión es la demanda y otra de qué manera se distribuyen los odontólogos en las zonas geográficas, suele haber una gran concentración como sucede con otras licenciaturas en las grandes ciudades”.
Consideró que sí hacen falta odontólogos, sin embargo, puntualizó como necesario distribuir de mejor manera estos profesionales para mayor cobertura y resolver los problemas de salud de la población.
Respecto a los problemas de salud bucal, destacó que están reconocidos desde cualquier institución los padecimientos que deben recibir mayor atención. Al paso de los años se ha advertido la disminución e incidencia de estas patologías, como resultado de la educación que la población ha recibido en diversas instancias, escuelas, universidades, a través del servicio social en escuelas y facultades que se ofrece en clínicas a un bajo costo.