Con el cierre de las Escuelas de Tiempo Completo (ETC), las más afectadas, -además de los 3.6 millones de niñas y niños-, serán las madres de familia trabajadoras, quienes tenían el tiempo para laborar o realizar actividades productivas, mientras sus hijos estaban atendidos, cuidados y alimentados durante 6 a 8 horas en alguno de los 25 mil planteles que ahora tendrán que cerrar, luego de que la Secretaría de Educación Pública (SEP), determinó cancelar el programa y los presupuestos asignados para ello.
Francisco Salazar Sáenz, presidente honorario del Instituto de Política Laboral y especialista en materia laboral en México, dijo que es difícil imaginar la falta de sensibilidad que ha mostrado la Secretaria de Educación, Delfina Gómez Álvarez, quien para secundar al presidente Andrés Manuel López Obrador, le resta posibilidades de trabajo a madres y padres de familia con la cancelación del ETC. Esta determinación solo se puede entender de alguien que nunca ha tenido necesidad de trabajar y cuidar a los hijos, o que ha disfrutado de los recursos suficientes para mandarlos a escuelas particulares.
En este momento, donde la pobreza en México está incrementándose rápidamente, son millones de familias en donde los padres se ven obligadas a trabajar para sostener los ingresos. Ahora, ya no podrán hacerlo ambos y uno de ellos, que permanecer en casa para el cuidado de los hijos quienes sólo estarán en la escuela entre 4 y 5 horas.
“Tal parece que los funcionarios de la SEP están pasando por alto que para millones de niños que provienen de comunidades de zonas rurales o marginadas, la alimentación que reciben en las Escuelas de Tiempo Completo, en muchos casos es la primera del día y en alguna de las ocasiones es la única comida real y completa en todo el día”.
Esta falta de sensibilidad para la clase trabajadora que ha caído en mayores niveles de pobreza, ya se había visto en este Gobierno cuando cerraron las estancias infantiles, -que también era la mejor alternativa para muchos trabajadores, madres y padres solteros-, o cuando suspendieron el suministro de las medicinas y tratamientos contra el cáncer a los niños y mujeres que no podían pagarlas.
En su argumento, la Secretaria de Educación, Delfina Gómez, asegura que no tiene presupuesto y que deben atender las prioridades de infraestructura. Lamentablemente esto es cierto, ya que la miscelánea fiscal para el 2022 disminuyó el financiamiento para los sectores de Educación y Salud. Sin embargo, la construcción y mantenimiento de edificios no puede pasar por encima de la atención a las necesidades básicas de alimentación y salud de la población.