Derivado de la trascendencia del tema y a propuesta de la diputada Guillermina Morquecho Pazzi, el pleno del Poder Legislativo aprobó el dictamen que expide la Ley de Salud Mental del Estado de San Luis Potosí, cuyo objetivo es establecer las bases para que los potosinos tengan acceso a los servicios de salud mental, bajo un enfoque de perspectiva de género y de respeto a sus derechos humanos.
Así como establecer los métodos para tratar la salud mental, homologando criterios de operación de calidad, con los siguientes enfoques: a) Preventivas y de fomento a la salud mental. b) De evaluación. c) Tratamiento. d) Rehabilitación. e) Capacitación. f) Investigación científica.
En el dictamen aprobado se señala que con esta ley se busca hacer especial énfasis a la prevención de conductas de riesgo para la comunidad, así como la rehabilitación, la cooperación de la persona con algún tipo de trastorno mental, la familia y el conjunto de servicios de salud mental y la comunidad misma donde se desarrolle la persona.
En la exposición de motivos se puntualiza que profundizar en el tema de la salud no significa atender sólo al tópico organicista de la misma, sino que, además, resulta obligado contextualizar a la misma en un espacio de tiempo y modo determinado, aunado a las condiciones económicas, sociales, políticas y ambientales que proveen un conjunto de circunstancias para que el ser humano pueda desarrollarse en un ambiente de seguridad, resiliencia y armonía tanto para él como para sus semejantes.
Es así que el concepto salud toma complejidad pues éste se amplía al momento de que se relaciona con la vida cotidiana de una persona o de una colectividad; el cual de manera individual o comunitaria engloba anhelos, sentimientos, valores, ideales, habilidades y potencialidades para poder contar con la capacidad de hacer frente a las circunstancias del día a día; es entonces cuando debe privilegiarse la salud mental, pues ésta como ya se señaló, compete a todas las personas integrantes de un colectivo en relación al desarrollo sus conductas, además de elementos de identidad, con el fin de lograr una mejor calidad de vida en la que se vean cubiertas sus necesidades básicas y se aseguren los derechos humanos.
No obstante aquellos factores que complementan a la salud y su entorno, cuando alguno de ellos no se desarrolla de forma armónica en la persona o colectividad deriva en los llamados trastornos mentales, ello no quiere decir que la persona humana deba de estar exenta de circunstancias adversas para contar con una óptima salud mental, toda vez de que la misma se desarrolla al interior de un colectivo y regularmente existen contextos inarmónicos en los que el individuo tendrá que convivir aún y contra su voluntad, en este sentido la salud mental cobra relevancia, pues cuando una persona logra desarrollar sus diferentes capacidades cognoscitivas y de adaptación, puede contar con las herramientas para su autoafirmación; otorgar a otras personas el mismo valor que reclama para sí, desarrollar su capacidad para establecer lazos afectivos, así como desarrollar funciones que le permitan ser incluido en un colectivo además de contar con condiciones de poder emitir juicios apropiados.