Estudiantes del Centro de Información en Investigación y Posgrado (CIIP) de la Universidad Autónoma San Luis Potosí (UASLP) acudieron al Edificio Central de la máxima casa de estudios, rechazando la intención de reubicar nuestra biblioteca y entregaron pliego petitorio a la institución.
Los alumnos, mencionaron que tras enterarse de manera extra oficial de las pretensiones de remover el CIIP, se convocó a una asamblea para coordinar acciones de defensa del espacio. Ante esta convocatoria, el pasado 01 de junio, las autoridades de la UASLP, informaron que el motivo de la reubicación se derivaba de una reestructuración de los espacios del Centro.
El 02 de junio, la institución de educación superior, emitió un nuevo comunicado en el que se informa que el CIIP no será privatizado, sino que se enfocará en fortalecer las actividades de vinculación social y emprendimiento como el resto de las aulas y espacios que alojan al centro de emprendimiento e innovación correspondiente a la división de vinculación.
Frente a esto, decidieron acudir a las oficinas de la rectoría para externar su preocupación porque la Biblioteca presta un servicio indispensable a la comunidad universitaria y a la sociedad en general; es un espacio de intercambio de ideas, de estudio y de investigación y no es un almacén de libros.
Según la autoridad universitaria, los libros serán distribuidos “en los diversos edificios de posgrado”, por lo tanto consideran que admite que no se trata de una reubicación, sino de un desmantelamiento.
Pero los quejosos informaron a la prensa que los edificios de la Facultad de Derecho, de Contaduría y Administración y el Instituto de Metalurgia que se quieren utilizar no tienen el espacio ni los recursos humanos para dar el servicio que presta el CIIP.
“Es importante señalar que de concretarse esta acción, la UASLP incumpliría compromisos con el Consejo Nacional de Humanidades Ciencias y Tecnologías (CONAHCYT), pues los posgrados que utilizan el CIIP son parte del Sistema Nacional de Posgrado (SNP). Además, implicaría la violación de diversos derechos humanos y derechos universitarios”.
El martes se reunieron con el rector Alejandro Zermeño Guerra y le exigieron que la Biblioteca se mantenga en el espacio físico en el que se encuentra actualmente, que en las decisiones sustanciales que afecten el funcionamiento del CIIP, se privilegie los intereses y derechos de la comunidad universitaria, se respete el carácter público de los espacios que han sido construidos con recursos públicos, garanticen los derechos de las personas docentes, trabajadores y estudiantes que desarrollan sus actividades laborales y académicas.
Pidieron que la autoridad universitaria no confunda a la opinión pública justificando como actividades de vinculación social, el uso de los espacios públicos para fines privados y que el edificio multidisciplinario de apoyo a posgrado debe conservar su carácter público, privilegiando las necesidades de la comunidad universitaria que hace uso del mismo.
Tras salir de la reunión, dijeron que se podría aceptar la reubicación de la biblioteca, siempre y cuando no se vulneren los derechos humanos al acceso a la educación, que el acervo no sea fragmentado ni ubicado en un espacio menor o en un lugar en desventaja.
Informaron que los riesgos de seguridad y de protección civil, así como estudios o documentos oficiales no les han sido prestados para entender la supuesta necesidad de cambio de ubicación.