LA EPIFANÍA DEL SEÑOR, del griego, epi y faino, "manifestación" (siglo I). Esta solemnidad se inició en el Oriente en el siglo IV y un siglo después pasó a Occidente.
El tema de la Epifanía o Adoración de los Reyes Magos se narra en el Evangelio de San Mateo (2, 1-12).
La Adoración de los tres personajes provenientes de Oriente acontece posterior a la Adoración que rindieron los pastores al Niño Jesús. Los exégetas han interpretado a la primera como la manifestación de Dios al pueblo de Israel. La segunda simboliza la epifanía del Señor al resto de la humanidad, que no forma parte del llamado pueblo elegido, pero que si comparte la salvación traída por Jesús.
Cabe citar que no hay fecha exacta que determine el periodo transcurrido entre los dos acontecimientos. Respecto a los tres coprotagonistas de este hecho se les identifica como "Santos Reyes Magos".
Entre los persas, babilonios y gran parte de los pueblos que habitaban Oriente, los magos formaban parte de la casta sacerdotal quienes estudiaban las ciencias, en particular la astronomía. La palabra mago —mogh en el pehvi, lengua de los persas—, significa sacerdote. A los tres sabios la Tradición les otorgó un nivel de realeza, de ahí que se les nombre como reyes.
Este rango les es conferido para que se les identifique con los poderosos de la Tierra quienes reconocen y adoran a Jesús como Dios. Esta interpretación tiene su origen en el Siglo XV, siendo su promotor San Cesáreo de Arlés (27 de agosto). Antes de las reformas al Calendario Litúrgico en 1969 era celebrada el 6 de enero, ahora con el carácter de Solemnidad tiene lugar en el domingo posterior al primero del mismo mes.
En México, donde la solemnidad de la Epifanía se celebra el domingo, cuando éste cae en el día 7 u 8 de Enero. La fiesta del Bautismo del Señor se celebra el lunes siguiente.