Ojalá nos esforcemos por llevar una vida apegada al Evangelio del que pronto debe nacer en lo más profundo de nuestro ser
aseveró el jerarca
Éste Domingo 19 de Diciembre la Iglesia Católica festeja el cuarto y último Domingo de Adviento, el cual nos prepara espiritualmente a recibir a Jesús Niño en nuestro corazón, por lo que la Liturgia de la Palabra nos invita a hacer un cambio radical de vida y dejar en el olvido todo aquello que nos aparta de Dios.
Pidamos al "Sol de Justicia y de Paz", que nada ni nadie, y que ninguna circunstancia o preocupación terrena nos impida recibir a Jesús Niño en nuestro corazón.
Amenos a Jesús y demostremos ese amor y gratitud hacia Él con obras, con una vida de ferviente oración, de íntima comunicación con nuestro Salvador. Así lo señaló el Arzobispo de San Luis Potosí, Mons. Jesús Carlos Cabrero Romero.
Agregó: "Hagamos un esfuerzo para que nuestra vida de intensa, sincera y ferviente oración, nos ayude a superar todo tipo de adversidad, prueba, tentación y sufrimiento".
"Una vida apegada a Dios es lo que nos hace falta para actuar con suma cordialidad, honestidad, transparencia, caridad, amor sin límites y nos ayudará a saber perdonar las ofensas y a amar incluso a nuestros enemigos que quieren nuestra perdición".
Es importante tener humildad para reconocer nuestras fallas, errores y defectos y poder corregirlos para ser mejores cristianos, mejores seres humanos y mejores ciudadanos.