Martes 19 de septiembre, 11 de la mañana, todos preparados, segundos después se activa la alarma con la que arranca el Simulacro Nacional 2023, en el que participa activamente nuestra entidad; los celulares de la gente se activan en la cámara para guardar el momento, los encargados del ejercicio portan chalecos fluorescentes, cascos de protección y megáfonos, todos a acatar sus instrucciones.
Aunque ya se han presentado algunos movimientos telúricos, de magnitud que los hace perceptibles para la población, los potosinos no se toman muy en serio el riesgo de daños por sismo, las risas y el chacoteo no pueden faltar en el trayecto hacia el Punto de Reunión, “no se lo toman con seriedad”, se escuchó decir.
San Luis Potosí no cuenta con alarmas de Alerta Sísmica, sin embargo participó en el simulacro nacional en edificios públicos, como Palacio de Gobierno y la sede del Congreso del Estado, en el C4 y el C5, en el edificio del INEGI, así como en los edificios más importantes y de altura significativa que se encuentran en avenida Carranza y centros comerciales.
Ahí la gente salió ordenada de oficinas, estacionamientos y sacar el celular para la selfie era obligado, el protocolo indica que en los pisos altos no deben utilizarse elevadores ni escaleras y debe esperarse a que el sismo pase, así se hizo, mientras se resguardaban en las zonas seguras, indicadas previamente, como columnas y triángulos de vida, sistema que se utiliza cuando ya no da tiempo para salir de un edificio que se está derrumbando y consiste en que entre un objeto y el cuerpo haya un espacio el cual mantenga con vida a la persona hasta su rescate.
No faltaron los comentarios de los temblores ocurridos justamente en este día en 1985, 2017 y 2022 en la Ciudad de México y otros estados, con saldos fatales, por los que la bandera se iza a media asta en esta fecha, “a ver si no tiembla también hoy”, mencionaban.
Los elementos de Protección Civil, fundaciones y asociaciones se encargaron de todo el ejercicio, el objetivo fue mejorar las acciones y tiempos de respuesta con respecto al año pasado, había que superar el tiempo cronometrado de llegada, hasta los puntos de reunión, como estacionamientos y áreas despejadas.
Aunque los simulacros ayudan a identificar qué hacer y cómo actuar en caso de una emergencia, el hecho de aparentar una emergencia genera risas, tal vez de nervios, lo que le resta seriedad al asunto, aunque los responsables sí se lo tomaban con seriedad.
Luego de salir de los inmuebles se les explico que los simulacros tiene la finalidad de detectar y analizar las fallas en un hecho real, así como de promover la cultura de protección civil y fomentar la participación “entre la población” y capacitar a las brigadas de emergencia de inmuebles públicos y privados.
El Simulacro Nacional 2023 se coloca como el de mayor participación social en la historia, pues se estima que participaron directamente alrededor de 45 millones de personas en todo el territorio nacional.