“En nombre de Dios Padre Todo Poderoso, a ti padre mío te ofrezco este sahumerio para que con tu gran poder limpies el lugar”… con este pequeño rezo, y un preparado de copal, incienso, mirra y laurel, es como un curandero inicia “la limpia” de un inmueble.
El ritual se ejecuta de adentro hacia afuera, si lo que quieres es armonizar el lugar, y de afuera hacia adentro, si lo que el cliente busca con urgencia, es deshacerse de las malas vibras y la negatividad.
Rosa María Zapata, curandera y propietaria de la hierberia “La Central”, ubicada en el Mercado República de la Capital potosina, explicó a El Sol de San Luis, que este tipo de rituales son utilizados para alejar la energía negativa y las envidias.
Se inicia rezando un credo, la Casa santa de Jerusalén y el sahumerio es a base de hierbas preparadas con copal, incienso, mirra y laurel. Se reza por todo el inmueble, debajo de los asientos, cada rincón y no se deja de rezar
Una vez que el sahumerio se termina, detalló, se riegan lociones preparadas con éter, amoniaco, canela, hierbas y polvos y se rezan padres nuestros, para que llegue la armonía, la paz, el amor, la prosperidad, el dinero y la salud.
El siguiente paso, es prender una veladora, y continuar rezando por todo el sitio; esa luz absorberá la negatividad, indicó.
A punto de concluir el ritual esotérico, en cada esquina del lugar se rocía en forma de cruz con el aerosol “contra maldad”, “contra enemigos”, “siete potencias” o “arrasa con todo”, acompañado de padres nuestros.
Y para sellar la limpia se encienden inciensos de “varita”, dependiendo el lugar. Si es un negocio, es de canela o de frutas y si es una casa, se usan siente potencias, copal o mirra, explicó la curandera.
La curandera recomendó a los políticos como el diputado Pedro Carrizales “El Mijis”, quien anunció que llevará un sacerdote a las oficinas legislativas, para que con “agua bendita”, saque las “malas vibras” que dejaron los diputados anteriores, que lo que necesitan es una buena “rameada”, con romero, albahaca, ruda, flor roja, huevo, y “mucha oración”.