Un altercado entre inspectores de Comercio y vendedores de los denominados “toreros” se presentó este miércoles en el Centro Histórico, cuando un trabajador municipal despojó a uno de los comerciantes de una cubeta con mercancía.
Poco después de las 11:30 de la mañana de este miércoles se presentó un altercado a un costado de la Plaza de los Fundadores, el conflicto comenzó cuando un inspector de la Dirección de Comercio se llevó una cubeta en la que un comerciante originario de Veracruz transportaba su mercancía, consistente en grillos y fruta seca.
El vendedor se abalanzó sobre el inspector, quien con un codazo se lo quitó de encima y llamó a más trabajadores municipales, pero también acudieron otros dos vendedores que estaban en la zona. El problema no pasó a mayores y los inspectores se quedaron con la cubeta de mercancía.
Esteban, uno de los vendedores, aseguró que en los últimos días han tenido este tipo de conflictos con los inspectores municipales, ya que no se identifican, sólo llegan y les arrebatan las cubetas con mercancía, “hace 8 o 15 días nos tiraron toda la mercancía, todo nos tiraron, todos los chapulines”.
Afirmó que ya han acudido a la Unidad Administrativa Municipal para tramitar un permiso para vender en el Centro Histórico, pero se los han negado y los mandan a vender “en las orillas, en la Alameda o más allá, pero no vendemos nada”.
Agregó que hace días les retiraron cuatro cubetas de mercancía y les cobraban mil 600 pesos por devolverlas, sin embargo indicó que por ejemplo, el martes él vendió 150 pesos y uno de sus compañeros logró otros 150 pesos, por lo que no tienen la cantidad para liberar la mercancía decomisada, “ahí lo dejamos, no tenemos con qué pagar”.
Personas que pasaban por el lugar al momento del altercado cuestionaron porqué hay esta conducta hacia personas que de alguna manera buscan obtener un ingreso de manera honesta, y por el contrario, los delincuentes andan libres en las calles.
En el mismo lugar donde comenzó el conflicto había otros comerciantes que igualmente recorren las calles con mercancía en mano, como algunos vendedores de blusas bordadas y de miel, pero ellos no fueron retirados.
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