En los últimos tres años, se han recibido más de 300 mil solicitudes de refugio en México, destacó Emilio González, Oficial Senior del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR) en México.
En el marco del Día Mundial de las Personas Refugiadas, que se celebra cada 20 de junio, Emilio González señaló que esta fecha “es una oportunidad para reconocer la resilencia y el trabajo de millones de personas que se han visto obligadas a salir de su país de origen por la violencia, la inseguridad, la persecución y las amenazas, nos recuerda las responsabilidades y obligaciones que como actores internacionales y estatales tenemos para acoger a las personas refugiadas en nuestras comunidades”.
Señaló que si bien Estados Unidos es el principal país de destino de las personas refugiadas, México cobra cada vez más importancia en este tema, por ejemplo, en los últimos tres años se recibieron más de 300 mil solicitudes de asilo en el país, y de 2016 a la fecha, han sido recibidas entre 70 mil y 100 mil personas refugiadas.
Mencionó que las nacionalidades predominantes son centroamericanas, como hondureños, salvadoreños y guatemaltecos, seguidos de venezolanos, haitianos y cubanos, aunque hay decenas de nacionalidades más que han buscado refugio en México.
Explicó que alrededor del 70% de las solicitudes de asilo se presentan en la frontera sur, como en Chiapas, Tabasco y Veracruz, ya que muchas personas ingresan al país por el sur del territorio, sin embargo en los últimos años han comenzado a incrementar las solicitudes en estados del centro, principalmente en la Ciudad de México.
Si bien la mayoría de las solicitudes de asilo se presentan en estados del sur del país, se ha encontrado que las entidades del centro y norte cuentan con condiciones socieconómicas más proclives para la integración de las personas refugiadas, por lo que en 2016 ACNUR implementó un programa de integración en Saltillo, Aguascalientes, San Luis Potosí, León, Querétaro, Guadalajara y Monterrey, de manera que ya con la documentación pertinente, se les apoya para que transiten desde el sur hasta estas ciudades de acogida.
El representante de ACNUR también destacó que las personas refugiadas enfrentan discriminación, racismo y xenofobia, pero no de un gobierno como tal, sino a nivel sociológico, “hay que trabajar para convencer las mentes y los corazones” y hacer ver que la movilidad es una oportunidad de crecimiento económico, fiscal, social, cultual.
En el mismo sentido, se ha trabajado con los medios de comunicación para que eviten criminalizar a la población migrante o refugiada, por ejemplo, evitando exponer la nacionalidad de una o varias personas cuando delinquen, “sí hay personas extranjeras que pueden cometer un delito, y hemos sido claros que cuando se comete un delito se tiene que acoger a las disposiciones legales del país, pero no es necesario poner la nacionalidad”.