Los tres mil millones de pesos del presupuesto estatal que serán municipalizados en 2023, formarán parte de las asignaciones que -mes a mes- son entregadas a cada uno de los 58 municipios.
Este esquema de entrega quedará definido en la estructura del paquete económico estatal, cuya elaboración está en proceso previo a su entrega en el mes de noviembre, al Congreso del Estado.
El titular de la Secretaría de Finanzas, Jesús Salvador González Martínez, dio a conocer lo anterior, al tiempo de aclarar que no se trata de una bolsa especial de recursos, sino que ya forman parte de los que están disponibles en el gasto anual presupuestado.
El funcionario estatal precisó el origen de los recursos, cuya aplicación será reasignada para el gasto en 2023.
El anuncio de la reasignación lo hizo el gobernador, Ricardo Gallardo Cardona, el pasado lunes, como parte del Primer Informe de Resultados, donde ofreció que “tres mil millones de pesos serán municipalizados el próximo año, para que los ayuntamientos logren apuntalar la infraestructura social”.
En otro orden de ideas, el titular de la citada dependencia comentó que la constante fluctuación que han registrado las tasas de interés durante el 2022, han tenido como efecto el encarecimiento en los servicios de pago de la deuda.
Precisó que el incremento, de 10 por ciento, aún es manejable, “esa variación, no representa un incremento en el monto de la deuda pública bancaria estatal, la cual permanece en poco más de tres mil 500 millones de pesos”.
Desde el primer trimestre del año el Banco de México ha ajustado en varias ocasiones la tasa de interés bancaria, la cual es utilizada por la banca privada como referente en el pago de sus servicios, “cada año, por pago de deuda bancaria y servicios, al menos 350 millones de pesos son programados en el presupuesto estatal”.
Sin embargo, añadió, por el momento está descartada una reestructura o reingeniería de la deuda bancaria, no así la posibilidad de contratar un nuevo crédito bancario perfilado hacia el gasto para el 2023.
Finalmente, González Martínez reiteró que, pese a las variaciones de las tasas de interés, la deuda pública bancaria es saludable y puede manejarse sin generar presiones de gasto ni en la liquidez, como así con otros compromisos de pago.