En el marco de la XIV Asamblea General y Seminario del Instituto Latinoamericano del Ombudsman, el alcalde capitalino encabezó un homenaje al jurista potosino, Ponciano Arriaga Leija, iniciador de los Derechos Humanos en México.
Al inaugurar el evento, destacó que los derechos humanos es un tema que en México tiene asignaturas pendientes, pero que también ha avanzado de manera importante.
Dijo que Arriaga Leija fue un jurista que en esa materia se adelantó a su tiempo, y que inclusive a la feche se sigue hablando de él; recordó que este mes de noviembre se le recuerda también por su nacimiento que, a la vez, se convirtió en el Día del Abogado.
Se le recuerda entre otros aportes a México y a toda la región por haber sido el promotor de la “Procuraduría de Pobres”, considerada antecedente histórico de las actuales Defensorías del Pueblo.
Arriaga Leija fue periodista, legislador, parlamentario, funcionario y gobernador mexicano, considerado uno de los personajes más importantes de la historia mexicana por tener una ideología avanzada para la época y por su labor política. Ponciano Arriaga murió en su ciudad natal el 12 de julio de 1865.
“Sabemos que hizo una aportación a la ideología de su tiempo y hoy en pleno siglo XXI seguimos hablando de Ponciano Arriaga”, dijo durante un reconocimiento previo al jurista potosino, ya que habrá uno más, de mayor solemnidad durante esta Asamblea General y Seminario del Instituto Latinoamericano del Ombudsman que se realiza en esta capital, y que concluirá este viernes, y que se celebra en el marco del XL Aniversario del Instituto Latinoamericano del Ombudsman-Defensorías del Pueblo (ILO).
De acuerdo con la institución, a 40 años de su creación su presencia se mantiene en prácticamente todos los países que la integran; existen además defensorías especializadas que focalizan su atención en los derechos de determinadas poblaciones como son niñas, niños y adolescentes, personas mayores, estudiantes universitarios/as, y otras.
Los desafíos en términos de cumplimiento de derechos humanos siguen presentes en la región y en este cuadragésimo aniversario, el Instituto no sólo celebra el camino recorrido, sino que quiere aportar a la consolidación y expansión de las defensorías, para que puedan responder adecuadamente a las crecientes demandas y exigencias de una realidad aún injusta y lejos de la plena democracia, como garante de una vida digna para el conjunto de los pueblos de Latinoamérica y el Caribe.