La Alerta de Violencia de Género como mecanismo no ha fallado, lo que no ha servido es la manera en que la han implementado las instituciones, aseguró la académica Urenda Queletzú Navarro Sánchez.
Luego de que el presidente de la Comisión Estatal de Derechos Humanos (CEDH) señaló que la Alerta de Violencia de Género no ha dado los resultados esperados dado que han seguido e incluso incrementado los feminicidios en el Estado, la académica defendió el mecanismo.
Recalcó que la alerta es un mecanismo establecido en la ley, “lo que no ha servido es cómo los gobiernos federal, estatal y municipales han traducido esos lineamientos en acciones de política pública, la alerta se ha vuelto un instrumento de trámite administrativo, de cumplir con esos lineamientos y no verdaderamente un instrumento de combate, no un instrumento de atender de forma real el problema”.
Precisó que desde la federación hay deficiencias, pues solamente emite la declaratoria de alerta y prácticamente se desentiende de su implementación, mientras que los estados no han sabido articularse ni los municipios, pues destacó que a pesar de que la alerta se aterriza en los municipios, gran parte de las medidas están dirigidas al estado y pocas a los ayuntamientos.
Mencionó que por ahora, la alerta sí ha servido para que el estado y los municipios intenten articularse para actuar de manera coordinada, y para que intenten sentar bases institucionales para atender el problema, “pero mientras ellos se están apenas organizando, el problema sigue”, por lo que destacó que el Estado tiene que replantear qué ha hecho para hacer frente a la violencia contra las mujeres.
Navarro Sánchez también señaló que se deben atender aspectos estructurales que inciden en la violencia de género, por ejemplo la industrialización del Estado, ya que esto ha demandado mano de obra de otros lugares, y las mujeres que se suman a las empresas deben trasladarse de largas distancias en condiciones de inseguridad, “ese contexto de violencia estructural que se traduce en inacceso al trabajo digno, inacceso a la educación, inacceso a servicios de salud, a vivienda digna, en tanto no se combata esa violencia estructural, lo demás irá apuntalando”.
Además de la impunidad que se percibe, pues “eso en cierta manera incentiva a los agresores a seguir perpetrando sus ilícitos, a agredir a las mujeres porque saben que no pasa nada y que a las mujeres que se llegan a encontrar con vida después de que han estado desparecidas se les culpabiliza, se les estigmatiza”.