“El tatuaje no es una moda”, son un símbolo de expresión y amor a la profesión: Leo Mutante

Hay quienes no son expertos; se requiere mucho aprendizaje

Miguel Mora | El Sol de San Luis

  · sábado 16 de julio de 2022

Norma Rivera | El Sol de San Luis

“El tatuaje no es una moda”, defiende Leo Mutante, uno de los tatuadores de más prestigio en San Luis Potosí. “Los tatuajes vienen desde tiempos ancestrales…”, remata.

Sin embargo, aunque en los últimos años se ha popularizado se debe tener en cuenta que un tatuaje es una marca o dibujo que estará ahí toda la vida, al menos no para quien pueda costear su retiro que “no lo recomiendo, es muy costoso y doloroso”.

Leo Mutante, uno de los socios del céntrico estudio Black Soul, considera que no cualquiera llega a ser un buen tatuador, profesional, porque se requiere de mucho aprendizaje, de horas y horas de práctica y, sobre todo, saber dibujar.

No hay escuelas para tatuadores, quizá algunos cursos rápidos que, evidentemente, no son suficientes para dominar ese arte; tampoco existe alguna agrupación formal que ordene y cuente con un padrón de estudios tatuadores.

De hecho, recomienda a quien se interese en tener un tatuaje investigue primero qué artistas hay en San Luis, revisar su trabajo, la calidad, los costos, los tamaños y la higiene antes de tomar una decisión. “No te metas al primer local que te encuentres…”.

NARANJAS O PIEL SINTÉTICA

Y es que Leo Mutante atravesó por un proceso muy largo antes de llegar a ser un tatuador profesional. “No es que sepas dibujar y ya vas a trabajar sobre la piel de una persona”, y revela que un aprendiz debe primero trabajar en sus dibujos y posteriormente practicarlos en piel sintética e, inclusive, sobre naranjas hasta dominar la técnica.

También es necesario practicar con las máquinas tatuadoras –uno de los trucos es colocar un lápiz en lugar de aguja y hacer ejercicios caligráficos- para aprender a controlarla.

Para acudir a una cita, la persona a tatuarse debe ir bien alimentada y, sobre todo, no acudir bajo los efectos de droga u alcohol.

Previamente, el tatuador y cliente debieron platicar sobre el diseño, de la forma cómo va a quedar terminado, de las medidas, de los colores, es decir, antes de trabajar la piel, el cliente va autorizando cada paso.

Norma Rivera | El Sol de San Luis

HIGIENE Y RESIDUOS INFECCIOSOS

Lamenta que existan estudios cuyo personal no está debidamente capacitado o que no tiene la experiencia necesaria, y los resultados no suelen ser los que esperaban los clientes, pero lo más penoso es que trabajan sin la mayor higiene.

En Black Soul, presume, se utilizan agujas desechables -cuyos empaques se abren frente al cliente-, las tintas que se utilizan son hipoalergénicas -y de las mejores marcas-, pero también son sometidos a constante vigilancia por parte de la Comisión Estatal para la Protección Contra Riesgos Sanitarios (COEPRIS).

Inclusive, hay la obligación de desechar las agujas y otro material en contenedores especiales y acude por ellos personal de una empresa especializada en la recolección de residuos infecciosos.

ES ARTE Y EL ARTE CUESTA

¿Y qué le dicen a alguien que acude, por primera vez a marcarse la piel?

“Si la persona viene es porque ya está segura, porque ya lo pensó detenidamente; cuando es un primer tatuaje se les recomienda no hacerlo en áreas muy visibles, como el rostro o el cuello, nada más”.

Evidentemente, hay papeles a firmar, sobre todo en el caso de menores de edad, que deben acudir con sus padres o tutores y firmar una responsiva.

También se habla del precio, cuyo costo es variable, en función del dibujo, de su tamaño, de los colores e, inclusive de la zona escogida.

Así, puede haber tatuajes desde 700 pesos –de los más pequeños y sencillos- y llegar a los 8 mil, 9 mil o más.

Leo Mutante considera que los tatuajes y las perforaciones forman ya una industria muy grande, y cada vez más disminuye su percepción negativa. “Sabemos que antes era mal vista una persona con dibujos o marcas en su piel pero ya no; es un arte bien reconocido que viene desde tiempos ancestrales”.

Y tiene razón. El tatuaje lo practicaban inclusive los aztecas y los mayas y sociedades de otras partes del mundo; hoy, esas imágenes o signos en la piel tienen un simbolismo para cada persona que los porta en su piel, aunque muchas veces también es por cuestión estética.