El implacable desierto en Texas, desafío para migrantes (Crónica)

Clima infernal, flora hostil y fauna mortal, el riesgo es inminente para aquellos que cruzan por la zona de la ciudad de El Paso, Texas

Patricia Calvillo / El Sol de San Luis

  · sábado 19 de octubre de 2024

Patricia Calvillo / El Sol de San Luis

Nada es suficiente para describir los horrores que hay para los migrantes en el desierto americano, los extremos del clima, frío y calor resultan incesantes, la flora hostil, la fauna mortal, la orografía inestable, nada de alimentos ni agua. El riesgo es inminente para aquellos que cruzan por la zona de la ciudad de El Paso, Texas, y en el Estado de Nuevo México en los Estados Unidos de América. Solo hay de dos, la vida o la muerte.

Periodistas, invitados por el organismo no gubernamental Inquire First, que en español significa Pregunta Primero, emprendieron la ruta migrante para conocer de frente, el calvario que enfrentan diariamente miles de hombres, mujeres y niños en busca del mal llamado Sueño Americano.

Patricia Calvillo / El Sol de San Luis

Eran las 5:00 de la mañana en El Paso, Texas, los reporteros fueron convocados vestidos de ropa ligera, manga larga, mezclilla, sombrero, burras de trabajo, una chamarra, una botella de agua y bastante bloqueador solar. Su cita era con la zona más peligrosa del desierto americano. Primero se encontraron con los verdaderos cazadores de migrantes, temidos por muchos, la Border Patrol y luego se dirigieron al encuentro de ilegales.

Orlando Marrero-Rubio, Claudio Herrera-Baeza, Nicole Galván, Aarón Padilla, agentes de la Patrulla Fronteriza de Estados Unidos, sector El Paso, Texas, acompañaron a los de la pluma en este su primer encontronazo con la necesidad humana. Arriba de un camión que normalmente utilizan para el traslado de indocumentados, los dirigieron a lo desconocido.

La primera parada, la montaña del Cristo Rey que abarca una superficie de 38.8 kilómetros cuadrados, su principal característica es su ubicación, pues una parte está en México y otra en Estados Unidos. Se sitúa entre Chihuahua, Texas y Nuevo México. En la punta se divisa una Cruz, porque ese lugar es considerado como una zona sagrada para la comunidad católica, ahí cada Viernes Santo cientos celebran el Viacrucis. Sin embargo, ese sitio ahora se ha convertido en el lugar con más intentos de cruce de migrantes pues ahí, no hay muro, no hay barreras. Es el sitio ideal para las organizaciones criminales, coyotes y contrabandistas.

Patricia Calvillo / El Sol de San Luis

Se trata de un área muy rocosa y muy difícil de caminar, de entre ella se despliega como el gigante que es, el astro Rey, que da sus primeros destellos en rojo, amarillo y naranja, pero no ayudan en nada, a aminorar el gélido clima que se reciente hasta los huesos. Un amanecer hermoso se asienta en esta zona de peligro, un contraste inolvidable para la vista; por un lado, los horrores de la migración, muerte, caos, accidentes, hambre y sed, y por el otro, la belleza inmensurable de la naturaleza abriéndose paso como si nada importara.

Ahí, es Sunland Park, donde se ubican dos terceras partes de esta montaña, en cuyas faldas pasa el Darién, el tren proveniente de Panamá. A lo lejos se escucha el trajinar de sus rieles a todo vapor, sus vagones también cargan a los hermanos errantes. No hay horarios, los de la placa y uniforme verde militar, afirman que los traficantes de humanos antes preferían la clandestinidad de las noches, pero ahora sin vergüenza alguna, cruzan sin importar si hay luz o no.

Patricia Calvillo / El Sol de San Luis

En ese punto, “los de la migra” recibieron un llamado de alerta, advirtiendo que en una zona residencial cercana habían encontrado un cadáver, así que, con mucha premura, manejaron hacia Santa Teresa, y al paso se atravesó una ciudad que se veía muy familiar, las viviendas y comercios de la localidad estaban muy mexicanizados. Sobresalen muchos negocios que tenían pintadas hojas de marihuana, hacían recordar que en 37 estados de esa nación se permite la venta legal de estupefacientes de manera recreativa o medicinal. Los letreros de esté tipo eran más que comunes.

En el lugar del hallazgo, ya se encontraban elementos de la patrulla, preparados con caballos para realizar la búsqueda. Montaron y se internaron en un área que era sumamente hostil. Los inquietos buscadores de historias se unieron a pesar de lo resbaladizo de la arena desértica. Para el monte, sólo hay toritos como se le conoce a los matorrales que se pegan a la ropa como si fueran garrapatas, los pocos árboles que hay, no alcanzan ni el metro de altura, no hay cactus ni sombra en ese golpe del desierto americano -hace pensar, en dónde se esconden nuestros hermanos para no morir de insolación-; aunque hay algunas flores marchitas que pintan el panorama con su belleza muerta.

Patricia Calvillo / El Sol de San Luis

Es cansado circular por ahí, la arena es densa y además traidora; es fácil resbalarse. Confiábamos en las huellas de los de la Border, algunos aventurados hacían su propio camino. Tocando la arena blanca que en otras zonas era rojiza, se deshacía de entre la palma de la mano -otro pensamiento surgió, cómo es posible qué pisen aquí sin morir y más durante las noches-.

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Las venenosas hormigas rojas están por doquier, a donde se voltee hay hormigueros con sendas poblaciones de estos insectos.

“Mucho cuidado dónde pisan, suele haber nidos de víbora de cascabel, caminen cerca de nosotros”, expresaban los experimentados elementos aduanales.

Uno de ellos, Claudio Herrera, informó que habían conseguido la detención de un sujeto de 35 años de edad que ingresó de manera ilegal, todavía no daban ni las 7 de la mañana. Fue a 800 metros de nosotros, pero se buscaba a una segunda persona involucrada en esta introducción ilegal; la caballería montada se dedicó a la localización “ya fue el encuentro, ya fue procesado”, aseguraban. La detención se dio debido al aviso de las decenas de cámaras de seguridad instaladas en el área, además de sensores que recibieron una alerta de su sensor principal.

Este lugar, es la estación con más encuentros migrantes que no piden asilo político, las nacionalidades más comunes que detienen son de México, Venezuela y Guatemala “pero ya hemos registrado más de 70 nacionalidades distintas en 2024, son adultos jóvenes que están solos, grupos familiares y menores de edad no acompañados”.

Patricia Calvillo / El Sol de San Luis

En este viaje operativo con agentes fronterizos se hizo mancuerna para observar detenciones y los terrenos áridos que resultan peligrosos, pues cada vez se vuelven más problemáticos de cruzar ilegalmente porque a los traficantes de humanos no les importa la vida de los migrantes “es un problema, sobre todo encontrar niños solos en el desierto, estamos hablando de 900 rescates en lo que va de este año -empieza en octubre de 2023 y termina en septiembre de 2024-, y también las muertes que son más de 170, muchos creyendo en lo que les dicen estas organizaciones criminales pero finalmente los abandonan, en ocasiones ni los acompañan y solo los echan a correr”.

Siguió el muro fronterizo de Estados Unidos-México, aquí los muchos grados Fahrenheit de la mañana, hacían odiar la ropa puesta, y aunque los trabajadores aduanales decían que era un buen día, porque hacía un poco de viento, todos acababan con la dotación de agua que traían consigo. Otra vez, se pensaba en los sin voz, cómo le hacen para soportar esta temperatura que ataranta a cualquiera. El sudor escurría por todo el rostro, nada aminoraba la sensación de calor seco.

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El muro, es una valla de seguridad construida en 1994 durante el gobierno de Bill Clinton, que nació bajo el programa de lucha contra la inmigración ilegal conocido como Operación Guardián a cargo de la fiscal general Janet Reno, que tomó un componente importante de las promesas de campaña del candidato y presidente Donald Trump en 2017.

Está formado por una barrera física de unos 900 kilómetros de extensión en la zona fronteriza de Tijuana (Baja California) – San Diego (California). Incluye tres barreras de contención, iluminación de alta intensidad, detectores de movimiento, sensores electrónicos y equipos con visión nocturna que están conectados a la policía fronteriza estadounidense, así como vigilancia permanente con camionetas todoterreno y helicópteros artillados. Los tramos del muro se ven en Arizona, Sonora y Nuevo México.

Más de 243 mil encuentros con migrantes se han registrado en 2024 sólo en el sector de El Paso, que abarca nueve estaciones diferentes entre Texas y Nuevo México, ahí, en el sitio que impone a primera vista, el agente Orlando Marrero-Rubio detalló que muchas de las muertes de los ilegales, ocurre porque caen desde lo alto de esos barrotes de acero “las personas están en casas de seguridad, no comen, no beben agua, los encontramos con alto grado de deshidratación, lo cual hace más difícil su trayecto, tristemente estamos viendo que la gente queda varada a pocas millas de distancia de la frontera”.

Patricia Calvillo / El Sol de San Luis

Ahí, también se detuvo a una persona que alcanzó a brincar del lado más pequeño del gigante de acero -6 metros- “nuestros agentes los detectaron por las huellas que dejaron en la arena, lo que vemos aquí, son muchos individuos que quieren evadir los arrestos, estamos encontrando a muchos con antecedentes criminales y además de personas que no son elegibles para el asilo”.

No hay nada alrededor, la pregunta que ahora surge es cómo se ocultan de las cámaras sino hay nada para hacerlo, ni un viejo árbol; los arbustos y palmas endémicos de la zona, no les ayudan en nada, para donde se voltee solo hay tierra infértil.

Lo que nadie quería presenciar llegó: la detención de un hermano migrante. Cerca de este sitio, en otro punto, pegado a los rieles del tren, habían identificado a dos hombres jóvenes que corrían entre el monte, así que los cazadores de historias se volvieron uno con los de la Border Patrol, caminando por el suelo que se parece al altiplano potosino. Se evocaba la imagen de un depredador acechando a su objetivo, resaltando la idea de inevitabilidad y peligro.

Apenas eran las primeras horas del día y ya se veía correr a los agentes, subían y bajaban el área que en algunas partes era muy alta y difícil de cruzar, hombres y mujeres por igual hacían sus labores, aquí no hay peleas con el género. Rafael Neri, fue la presa. Una fuerte pena moral se sintió en el alma de los comunicadores, tras haber sido parte de este sufrido momento para quien lleva días de camino y angustia. Se pensaba, “quizás fue mi culpa por darle cobertura a este fenómeno social”, pero después vino esta reflexión “viene muy cansado, gastado, insolado, sediento, quizás si no hubiéramos estado aquí, habría muerto”.

Su semblante era devastador, sus párpados caían hacia el suelo, contagia su sensación de impotencia, movía de un lado a otro la cabeza a manera de incredulidad, no lo logró otra vez. Tenía clavada la quijada, mordía los dientes que constantemente enseñaba, seguramente por la ansiedad que le recorría el lánguido cuerpo; agachado lo entendió todo. No sirvió de mucho, el encierro de seis días en el bunker de seguridad en Ximena, Chihuahua.

Patricia Calvillo / El Sol de San Luis

Se le trató como a cualquiera que ha infringido la ley, lo inmovilizaron con esposas para que no corriera a la vastedad del desierto, le dieron unos tragos de agua helada que bebió apresuradamente -aunque le avisaron que le haría mal sí lo hacía- “solo bebe unos sorbos”, no le dieron alimento; después lo trasladaron a un centro de retención para ser uno más, de los 210 mil repatriados mexicanos que anualmente registra el Instituto Nacional de Migración, (INM).

Corrió con suerte, porque otros, son abandonados a lo alto del cerro con la instrucción de correr hasta que vean la M de McDonald's, otros permanecen por semanas enteras encerrados en casas de seguridad, hoteles de mala muerte -que ni siquiera están habilitados para la estancia de muchos-, hasta que los familiares paguen cantidades que superan los 300 mil pesos. Hacinamiento, falta de comida, sin agua o servicios, secuestros, extorsiones son los escenarios recurrentes para quienes hacen este viaje.

Los abusivos traficantes de humanos, les niegan haber recibido el pago de su traslado, así que cobran doble, y hasta que no hacen los depósitos correspondientes son liberados. El panorama es similar para las infancias, también las dejan solas, no les inmuta los peligros que corren al verse indefensas en la inmensidad de la nada, también son castigadas por el sol, por las criaturas del desierto, coyotes, pumas, culebras, y mosquitos.

La explotación de los migrantes no tiene barreras, a las mujeres y hombres los violan integrantes de las organizaciones criminales transnacionales. A otros, los destazan porque son mercancía de un rival criminal, no son de su plaza. Al fin y al cabo, están, en el implacable desierto americano…