- Periodistas potosinos se suman a la protesta nacional por crimen de Lourdes Maldonado en Tijuana; se solidarizan con los compañeros fronterizos
- Las agresiones permanentes deben terminar; ni perdón ni olvido, exigen en pancartas durante manifestación en la plaza de armas
Ya basta de impunidad, de desdén, de indiferencia, de amenazas, de sangre, de muerte. De agresiones contra los comunicadores que van desde calificativos de “prensa chayotera”, hasta advertencias de muerte, de silencio, sin que pase absolutamente nada. Ni siquiera un esbozo de indignación.
Así lo sintieron reporteros, reporteras, camarógrafos, fotógrafos, columnistas, editores, todos y todas quienes se dedican a la comunicación en todas sus vertientes, en un ambiente frio, de viento helado que toma de víctimas las cartulinas con letras de protesta, de indignación y de impotencia que portan los periodistas pegadas en su ropa con una cinta canela.
El crimen brutal y cobarde de Lourdes Maldonado en Tijuana el fin de semana, que se suma a otros asesinatos de periodistas en diversas partes del país, fue el motivo de la protesta de este martes en la plaza de Armas, donde los comunicadores se reúnen todos los días del año para cazar funcionarios, intercambiar información sobre ruedas de prensa y agarrar señal de wi-fi en sus teléfonos para mandar las notas al chat de sus redacciones. El centro de reunión por naturaleza.
Pero hoy el motivo fue otro: sumarse a la protesta nacional de comunicadores exigiendo justicia para Lourdes Maldonado y los demás periodistas asesinados y demostrar, a quien se tenga que demostrar, que el gremio está unido, fuerte, sólido y que seguirá adelante con miedo, pero con convicción.
Segundos antes del medio día, en la esquina sur de la Plaza de Armas, los periodistas empezaron a llegar y se preparaban para la protesta, cuando “casualmente”, al alcalde Enrique Galindo iba pasando. No desaprovechó la oportunidad de la selfie, el mensaje de apoyo y la entrevista de temas municipales. Bueno, al menos hizo el compromiso público de respetar a los comunicadores, mensaje que debería permear entre sus colaboradores y policías.
Lucy López, la aguerrida “güera” y otros compañeros, en un dos por tres coordinaron la manifestación, hasta parecían líderes antorchos o del Pueblo Libre que de una patada arman el “evento”. Aparecieron las cartulinas, las cruces y los mensajes contundentes: “no se mata la verdad matando periodistas”, “ni silencio ni olvido” y “justicia para Daniel”, el fotoperiodista asesinado hace poco más de cuatro años sin que hasta el momento haya ningún avance en la investigación, es decir, le dieron vil “carpetazo”.
Hoy la prensa está indignada, se les nota a las y los reporteros, fotógrafos y camarógrafos en el rostro, en sus palabras, en sus notas. La amenaza es latente, todos los días en redes sociales, con impunidad. Aparecen pseudolíderes agrediendo, insultando, convocando a sus seguidores a la agresión y se escudan en su “derecho a defenderse” de las críticas.
Pero no más silencio. Los periodistas potosinos advirtieron que en adelante las cosas serán diferentes, aunque el costo sea alto. Y no se trata de súper héroes o valientes, sino de exigir lo que corresponde: garantías para el ejercicio de la profesión, a la que García Marquez definió, con certeza magistral, como la mejor del mundo.