Es un verdadero asombro observar grafitis en muchos muros, espectaculares, edificios, puentes y donde se pueda, en los espacios de la ciudad, y más aún porque difícilmente se descubre a alguien en el momento en que está pintando, y algunos más que gustan de plasmar su huella o su arte en las alturas, vaya que es todo un reto pasar inadvertido para poder grabar su huella o sus mensajes.
Y para saber un poco más de este tema, El Sol de San Luis charló con la psicóloga de la clínica casa Labrys, un espacio para la psicoterapia feminista, Janeth Alejandra Vargas Pillado para que nos explique más a fondo este tema del grafiti, y esto fue lo que nos contestó a preguntas expresas:
¿Por qué a algunas personas les gusta pintarrajear edificios, viviendas, espectaculares, etc.?
La práctica del grafiti es una forma de expresión que se establece a partir de formas específicas de opresión o discriminación. Por lo que no solo tiene que ver con un simple pasatiempo sino con una cuestión de identidad o pertenencia. Podría incluso no denominarse como pintarrajear porque muchas veces representa arte y es la forma en la que varias personas en contextos específicos pueden acceder al expresiones artísticas. Mucho del grafiti callejero después evoluciona y se hace algo más artístico e incluso profesional
¿Esta práctica es añeja ó es costumbre de los jóvenes de hoy en día?
Los muros son una plataforma muy rápida de comunicación, por lo que pintura a través del grafiti ha sido desde tiempos muy antiguos una forma de expresión que incluso tiene que ver con denuncias sociales. Fue una forma incluso en la que otras personas pueden identificarse a través de los muros, lo que hay escrito o su contenido, aunque no lo practiquen. De ahí su popularidad hoy en día.
¿Por qué arriesgan su vida para grafitear en lugares de altura?
Creo que existen protocolos de seguridad implícitos en las prácticas que pueden implicar algún riesgo. Sobre todo porque muchas veces se realizan en colectividad y eso siempre implica protección o respaldo. En el grafiti artístico, por ejemplo, se usan andamios especiales para proteger su integridad. La connotación de peligroso resulta peyorativa y alude a la discriminación, ya que muchas otras prácticas o pasatiempos se podrían considerar peligrosas y sólo a algunas se les da esa connotación.
Podríamos decir que los que pintan ¿son puros chicos banda?
No necesariamente, si bien el grafiti está adjudicado a los chicos banda, no solo son ellos quienes lo hacen, e incluso, dentro de los chicos banda hay quienes no podrían grafitear, aludir solo a esta población podría ser estigmatizante.
¿El gratitear lugares que satisfacciones les da a esas personas?
El grafiti en su forma callejera o profesional, permite expresar en las personas lo que muchas veces no se puede elaborar en un discurso. Una manera de hacer catarsis, liberar estrés, podrían ser las mismas satisfacciones que alguien que práctica algún deporte o hace alguna otra expresión artística como la danza o la música.
ALGUNOS ANTECEDENTES DEL GRAFITI
La palabra “grafiti” tiene sus orígenes griegos, graphein que significa escribir y según la enciclopedia es “pintura libre, destacada por su ilegalidad, generalmente realizadas en espacios urbanos”.
El origen de este estilo de pintura se remonta a las tiempos del Imperio Romano, en el cual se garabateaban las paredes y sitios públicos con profecías, protestas o anuncios con el fin de compartirla con los ciudadanos. Su objetivo es principalmente la expresión y divulgación con el fin de cambiar, evolucionar o dar a conocer un punto de vista e ideología.
El grafiti “urbano” es la expresión o el grito ante la marginación o la opresión, es el atentado a la propiedad privada con una simple razón: “hacerse ver y hacerse escuchar”.
La más reciente historia comienza en la década de los 60's en Nueva York con los entonces llamados “tags” en los cuales los grafiteros escribían sus nombres o sobrenombres junto al número de la calle donde vivían, muchos jóvenes comenzaron a imitar y buscar lugares cada vez más difíciles y llamativos en donde dejar su firma.
En la época de los 90's el grafiti dejó de ser un fenómeno neoyorquino y se masificó alrededor de todo el mundo.
Las pandillas en México, con el grafiti demuestran su poder o estatus, además delimitan su territorio y difunden sus intenciones. También lo utilizan para notificar a los clientes de drogas o sexo o puede ser un homenaje a uno de sus integrantes de la banda que ha perdido la vida. Las pandillas tienen sus propios símbolos y reglas en la forma de exhibirlo.