Es una noche típica de invierno, nublada, fría, de esas que unen a la familia, donde abundan los chocolates calientes, el pan recién horneado, los abrazos, los buenos deseos, los villancicos y, por supuesto, el Árbol de Navidad.
En la explanada de lo que antes era el teatro del pueblo de las instalaciones de la Feria Nacional Potosina, se llevó a cabo el encendido del Árbol Monumental ante cientos de personas y sin la presencia del gobernador Ricardo Gallardo Cardona.
El impresionante árbol de color verde con franjas doradas, símbolo de la unidad de los potosinos, acaparó la atención de los más pequeños cuya mirada, incrédula, revisaba de arriba hasta abajo la estructura del gigante. Trataban de contar las estrellas, los colores, todo su vestido.
El ambiente navideño se respira por todos lados, pero no es gratis. El estacionamiento, luego luego, cuesta 30 pesos -en la tierra-, y de ahí en adelante a soltar dinero: los pedigüeños que hacen como que son artistas, las tortas, los tacos, los elotes, las papas, los postres, las gorditas michoacanas rellenas de chicharrón, la exposición de dinosaurios, la pista de go-karts. Aquí, una familia deja parte del aguinaldo.
El grupo norteño intenta poner el ambiente con La Chona, aquella canción que habla de una mujer buena para el baile y la borrachera, y con la de Ya Superame del Grupo Firme, pero no lo logra. El frío de 10 grados, con viento y a campo abierto, mantiene a todos en su posición, en sus chamarras y bufandas, si acaso, golpeando el piso discretamente con la punta del zapato al ritmo de la batería.
A los músicos no les quedó más que ir a platicar con el pre candidato del Partido. Verde a la alcaldía de la capital Gilberto Hernández Villafuerte, para “ponerse a sus órdenes” y los contrate “ahora que sea presidente municipal”. Fueron los únicos que le pidieron foto”.
Hernández Villafuerte acudió como diputado federal del Partido Verde en representación del gobernador del estado. Con él estuvieron Luis Antonio Zamudio Martinez y Jorge Iván Rodriguez Argüelles, los que mandan en el Patronato.
Una compañía de teatro se encargó de recordar el significado de la navidad, con bailes, mensajes alusivos, la presencia del regordete Santa Clara, osos polares y hasta el Grinch, que nada tiene que ver con las tradiciones mexicanas.
Finalmente a las 19.20 horas fue encendido el árbol tras una cuenta regresiva de 10 segundos. Los niños soltaron cientos de globos y la nieve artificial cayó sobre todos.
Y vino lo que todos esperaban: tamales, coca y pan, gratis.