No duermo, me despierto todo el tiempo, durante las pocas horas de sueño que tengo, se me clava la quijada, todo el día tengo los dientes apretados, me duele la cabeza, durante la mayor parte del tiempo experimento gastritis, colitis, dolor de articulaciones, enfermedades gastrointestinales, problemas de circulación, hemorroides, ansiedad y palpitaciones.
Todos estos problemas de salud, los vive diariamente Marisa Badillo, profesionistas de 44 años de edad, quien narra que además de estas enfermedades ha detectado agotamiento emocional, despersonalización o conductas negativas hacia usuarios y compañeros, y por si fuera poco vive sentimientos de baja realización personal.
Además de que siente que el día no le rinde, cuenta que se ha percatado de que antepone sus necesidades físicas por trabajar, por ejemplo no toma agua en el día, no va al baño durante el día, va en las noches, y desayuna hasta las 2 de la tarde, porque da prioridad a su empleo en la zona industrial.
La movilidad diaria en la que se encuentra, la exigencia y competencia laboral, le ha propiciado el denominado burnout, que es el cansancio laboral, con lo que manifiesta sentirse extrañada porque pensaba que solo atravesaba por el estrés común que sufre desde hace años.
Datos de la Universidad Nacional Autónoma de México, UNAM, reportan que en México el 75 por ciento de los trabajadores sufre de fatiga por estrés laboral y más de por ciento de quienes realizan labores de escritorio se sienten exhaustos.
Estas cifras hacen de notar que México es uno de los países con mayor prevalencia del denominado síndrome de burnout, superando a naciones como China y Estados Unidos.
Este síndrome se considera una enfermedad psicosocial con componentes de cansancio emocional, despersonalización y abandono de la realización personal, en 2022 la Organización Mundial de la Salud, OMS, lo reconoció como un padecimiento que es identificado como el síndrome del trabajador quemado, estrés laboral o desgaste ocupacional.