Durante la pandemia se han gestado historias de gran valor social, como la que encabezan dos samaritanos del Barrio de San Miguelito, Edgar Heinze Mayorga y la señora Sara Hernández, quienes ofrecen alimentos preparados y despensas gratuitas a quienes así lo necesitan. Un día cocinaron tantos alimentos que decidieron colocar en la puerta un letrero que decía, toca si tienes hambre y hoy tienen una gran historia que contar.
Desde hace varias semanas se ha viralizado Ambrosía de la Casa Azul, ubicada en la calle de León García 535, este es el nombre que le dieron a la vivienda del conocido empresario y artista potosino Edgar Heinze Mayorga.
De lunes a viernes, afuera de su vivienda coloca una mesa con comida gratuita, cualquiera que pase por la zona puede tomar lo que quiera sin decir o pedir nombres.
A los comensales se le sorprende con tremendos banquetes de mole verde con frijolitos de la olla, espinazo adobado y arroz blanco, tamales, tortas de pierna adobada con ensalada verde, picadillo con chorizo y vegetales en salsa roja, steak ranchero, pierna adobada con rajas y elotes, ensalada de atún con coditos, lentejas con tocino y plátano macho frito, sopa de pollo con fideos, chiles güeros rellenos de atún, espagueti con jamón y vegetales, bistec encebollado con arroz, gorditas y ensaladas. Cuando no hay envases, el único requisito es llevar su propio contenedor de plástico.
Ellos cuentan que es una labor que se les ocurrió tras observar la necesidad que hay en las calles, sobre todo cuando ven la cantidad de migrantes que circulan por la zona.
Un día que cocinaron abundantemente una sopa de coditos, decidieron sacar el alimento para donarlo y vieron que la gente rápidamente llegaba y se llevaba todo, al día siguiente ocurrió lo mismo y desde entonces no han parado.
Ambrosía, es una palabra que significa "alimento de los dioses" y a ellos les satisface cocinar y dar pequeñas aportaciones a la comunidad.
Mucha gente que conoce está iniciativa, está llegando no solo a tomar alguno de los alimentos que se donan, sino que también van y dejan algún insumo de la canasta básica que servirán para las cenas del día siguiente o donación.
"Lo que hacemos es sacar la mesa y la gente se puede llevar lo que necesite, nosotros no hacemos preguntas, sacamos los contenedores y sí se quieren llevar uno o dos, aquí no hay preguntas y no cuestionamos".
En estos días, se han percatado que hay muchos solidarios, ya que van y les dejan latas de comida, postres, también los locales cercanos han donado frutas y vegetales. Hay quienes han acudido a llevarles algún apoyo económico, sin decir nombres se bajan de la camioneta y entregan algún donativo para continuar con la buena causa, aunque no son muchos los casos.
Todo lo que preparan sale de los bolsillos de Edgar y la señora Sara, a veces tienen financiamiento de las familias de ambos que le entran con todo para que esto se vuelva una costumbre entre los vecinos de este tradicional barrio y se replique en otros lugares donde se pueda ayudar a quienes menos tienen.
Aunque en ocasiones, hasta se llegan a endeudar en la tiendita para sacar el alimento de los menos favorecidos, pero todo vale la pena cuando ven los rostros de la gente a la que le tienden la mano.
Hay también una razón de salud en esta actividad y es que les ha servido de terapia para salir de emociones como la depresión, heredada por la pandemia de Covid-19, por eso, sin duda continuarán con está loable acción que hoy muchos en las redes ven con sorpresa y admiración.