De acuerdo a datos de la Encuesta Nacional de Salud y Nutrición, (ENSANUT 2021), el 31.8 por ciento de la población mayor de 10 años de edad, reportó un aumento en el tiempo que pasaba frente a pantallas como la televisión, tabletas, celulares y semejantes, se sumergieron a estos dispositivos a consecuencia del confinamiento por Covid-19.
Se aclara que fueron los adolescentes de 10 a 14 años quienes reportaron el mayor aumento (52.9 por ciento), seguido de los adolescentes de 15 a 19 años (43.7 por ciento), en ambos casos las mujeres se destacaron en interés. Lo negativo de esta situación es que se incentivó el aislamiento, sedentarismo y bajo rendimiento escolar.
La información de estudios realizados en niños de edad preescolar durante la pandemia en México, el tiempo estimado en pantalla incrementó de 97 a 192 minutos por día, además 8 de cada 10 niños en edad escolar y 8 de cada 10 adolescentes pasan más de dos horas frente a una pantalla, cuando lo recomendado por la Organización Mundial de la Salud (OMS) es verla una hora al día.
Siempre que un menor o adolescente pase la mayor parte de su tiempo libre realizando alguna actividad frente a la pantalla, se deben considerar aspectos positivos como que se puede promover el contacto social cuando se juega en grupos, aumentar la tolerancia al fracaso, mejorar la rapidez de toma de decisiones y estimular la memoria. Pero también hay temas negativos como incentivar al aislamiento, generar depresión y ansiedad, disminuir el rendimiento académico y escolar, generar agresividad, violencia, y promover el sedentarismo, siendo este último, un condicionante para incrementar el riesgo de padecer obesidad, enfermedades crónicas como diabetes y del corazón.
Un aspecto negativo de este sobreuso de pantallas es que los menores, normalmente acompañan sus actividades con alimentos chatarra, como es el consumo de papas fritas, pizza, hamburguesas, refrescos, etc.; contribuyendo al aumento de peso.
Por lo anterior, los Servicios Estatales de Salud, hacen un llamado a los padres para que conozcan los tipos de videojuegos aptos para la edad, la capacidad y las habilidades del infante o adolescente, así como de su contenido.
Adicionalmente se sugiere para prevenir el mal uso de los mismos, educar a los niños y adolescentes para una correcta utilización del videojuego, controlar el tiempo de uso y las edades recomendadas, que no deberá ser mayor a una hora por día. No descuidar la práctica de otras actividades socializadoras y evitar caer en la dependencia.