El relajamiento sanitario no solamente se dio entre los paseantes que este domingo acudieron al parque Tangamanga I; también se registró entre empleados y personal de vigilancia que dejó de tomar la temperatura, no puso orden para que no se utilizaran espacios restringidos y, aunque está prohibido, dejaron entrar mascotas.
A unos días de que el semáforo epidemiológico cambió a amarillo y la reapertura del parque a la población en general, incluyendo niños y adultos mayores, parece que los cuidados al interior de ese gran pulmón de la ciudad ya no se toman en cuenta.
Ni el personal continuó con la vigilancia para que los visitantes mantengan sana distancia y respeten las áreas restringidas; inclusive, ya no se tomó la temperatura al ingreso de las instalaciones.
Sin embargo, en comparación con domingos previos a la contingencia sanitaria el número de visitantes fue reducido, aunque desde temprana hora los deportistas que los acostumbran acudieron en sus horarios habituales.
Actualmente, de acuerdo con la administración de los parques Tangamanga, están vetadas las palapas y el uso de asadores; no se permiten fiestas infantiles ni las actividades grupales.
Cabe citar que algunos asistentes se quejaron de la presencia de mascotas, cuando no está permitido, y de que ciclistas no respetan la velocidad y se exponen ellos y a terceros a un accidente, ya que circulan en grupos.