Será difícil acostumbrarse a ya no ver a doña Juanita, frente al comal en su acostumbrada esquina del jardín de Tequis, pero más difícil será ya no degustar sus tacos rojos.
Juanita "la de los tacos rojos" se fue la noche del miércoles, ya no se le verá más ahí; aguantó 93 años de vida, de los que dedicó más de la mitad de su vida a ofrecer su especial gastronomía, reconocida a nivel internacional.
Su partida dolió a muchos, se hizo viral, pero no salió del rumbo: Sus funerales fueron, precisamente, en la funeraria frente al jardín de Tequis, casi frente al espacio que ocupó tantos años, en la esquina de los Marianos: Mariano Ávila y Mariano Arista.
Juanita ya era un referente de la gastronomía potosina; dicen que fue la inventora de los tacos rojos; otros dicen que no. Lo que sea, sus tacos tenían un toque especial, una especie de receta secreta que algunos esperan que su descendencia la haya aprendido.
Juana Paredes Torres, su nombre completo, solía decir que no había nada secreto, pero insistía en que lo que daba el toque especial era calentar el comal con leña y utilizar manteca, no gas ni aceite.
Aunque su vista comenzó a fallar hace años, instruyó a sus descendencia a seguir con el negocio, pero ella siempre estuvo al pendiente de cómo se hacían las cosas; no quería que se perdiera el toque especial.
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Y lo logró: Hijas, hijos, nietos se involucraron en el negocio de doña Juanita que, cuando inició, fue conocida como "la señora de las antorchas".
Vicente Almedarez Paredes, el mayor de sus hijos, relató a El Sol de San Luis, que su madre nunca faltó a su espacio lloviera o hiciera frío; ella decía que no había que hacer esperar al cliente, que la clientela iba esperando que los tacos rojos iban a estar ahí.
Y eso no es todo; líneas arriba se comentó en este espacio que su fama ya era internacional; en algo ayudó la presencia del Presidente Carlos Salinas de Gortari, que acudió a visitar al doctor Salvador Nava Martínez en su lecho de muerte; decenas de periodistas locales, nacionales e internacionales degustaron esos tacos rojos, por su cercanía, a menos de media cuadra de la casa del democrático potosino. Igual otras personalidades probaron sus famosos tacos.
El funerales de doña Juanita pareció el de una gran personalidad, y claro que sí, porque lo fue. Se solía decir que venir a la capital potosina y no probar sus tacos rojos, era similar a nunca haber ido a San Luis.
Queda en manos de la descendencia seguir con el legado: Vicente, Reyna, Dulce, Martha, Jorge, Juan, Rosy, Lucia, Jaime y más.