Los extorsionadores telefónicos no quitan el dedo del renglón y siguen buscando víctimas con nuevos números, informó la Policía Cibernética capitalina, que puso en alerta a los usuarios para que eviten contestar las llamadas.
En sus patrullajes cibernéticos, los elementos municipales detectaron los más recientes números de extorsión: 464 115 7327, 557 235 4657, 563 772 1145 y 440 100 9173; se recomendó anotarlos para evitar contestarlos.
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Sin embargo, en caso de tomar la llamada de alguno de ellos se recomienda colgar de inmediato y no engancharse; en caso contrario, se debe buscar y localizar a la víctima y, sobre todo, no realizar ningún depósito de dinero.
Se exhortó a contactar a la Policía Cibernética Municipal en caso de recibir alguna llamada de tales números. El teléfono de atención ciudadana es 444 329 3281.
A lo largo de los últimos meses, la corporación cibernética ha rastreado una cantidad importante de números telefónicos utilizados por extorsionadores telefónicos que han sido desactivados; sin embargo, los intentos continúan a través de nuevos números.
Secuestros virtuales, consecuencia del robo de información
La Policía Cibernética municipal también informó que han detectado llamadas de delincuentes para la recopilación de información personal luego de obtener la atención de la víctima, y que podrían utilizar para acceder a cuentas bancarias, redes sociales o intentar otros ilícitos con sus datos, por lo que también se recomienda no proporcionar ninguna información personal.
Recientemente, la Fiscalía General del Estado (FIGE) dio a conocer que el secuestro virtual es un método delictivo que se caracteriza por una llamada telefónica en la que se afirma que una persona ha sido privada de su libertad y se exige un pago económico a cambio de su “liberación”.
Según el modus operandi, quien llama se identifica como miembro de una organización delictiva, pide datos personales de miembros familiares y asegura estar vigilando a la persona a la que convierte en víctima.
A continuación, le solicita que adquiera un nuevo número telefónico y que apague su teléfono habitual. Después, le ordena que abandone su domicilio sin colgar la llamada.
De esta manera, aísla a la víctima de sus conocidos, permitiendo que los delincuentes exijan que se hospede en algún hotel o motel y se tome fotografías, las cuales son enviadas a los familiares como evidencia del supuesto ilícito.
Con estas fotografías, los extorsionadores exigen a la familia que realicen depósitos bancarios a cambio de la “liberación” de la víctima.
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