Según la delegación estatal del Instituto Mexicano del Seguro Social, IMSS, la deshidratación es el principal problema de salud que se registra durante la temporada de calor, se incrementan las atenciones médicas a consecuencia de las altas temperaturas.
La principal recomendación es evitar el consumo de bebidas con altos contenidos de azúcar porque, además de no ser propicios para hidratarse, dichos productos provocan obesidad y sobrepeso, enfermedades que se ubican entre los principales factores de riesgo para la aparición de enfermedades crónicas.
Beber agua evita la fatiga, dolor de cabeza, favorece a la contribución de sudor y orina a través de los cuales se purifica el organismo y previene la aparición de piedras en los riñones; asimismo, ayuda en la digestión, suprime el apetito y acelera el metabolismo.
Se aconseja el lavado de manos frecuente o el uso de alcohol en gel, lo que contribuye a la disminución de este tipo de enfermedades gastrointestinales.
Desde el organismo sanitario nacional se solicita extremar medidas higiénico-dietéticas, ya que ante las altas temperaturas que se comienzan a registrar en la entidad no se tiene cuidado con la conservación y preparación de los alimentos, por lo que proliferan los agentes infecciosos que pueden descomponerlos.
El cuidado de los alimentos se debe tomar las medidas higiénico-dietéticas, ya que ante las altas temperaturas y si no se tiene cuidado con la conservación y preparación, proliferan los agentes infecciosos que pueden descomponerlos.
El golpe de calor se considera una emergencia médica y se presenta cuando la temperatura del cuerpo sube a más de 40 grados. Puede provocar calambres, agotamiento excesivo, insolación, desmayos, deshidratación, dolor de cabeza o migraña, cuadros de confusión, náuseas, sudoración excesiva, piel seca y caliente, incluso convulsiones o pérdida del conocimiento, además de asociarse a enfermedades diarreicas agudas y padecimientos dermatológicos.