Desde preescolar hasta posgrado, las secuelas de la pandemia persisten

Elisa Castro Grespa señaló que la pandemia por Coronavirus dejó diferentes secuelas en el aprendizaje, principalmente en la comunidad estudiantil

Patricia Calvillo / El Sol de San Luis

  · miércoles 27 de noviembre de 2024

Aarón Cadena | El Sol de San Luis

Elisa Castro Grespa, adscrita al departamento de Salud Mental del Hospital Central “Dr. Ignacio Morones Prieto”, reconoció que la pandemia por Coronavirus dejó diferentes secuelas en el aprendizaje, principalmente en la comunidad estudiantil fueron dos años de retraso.

“Hablando desde preescolar hasta niveles de posgrado, estos dos años de retraso nos fuimos a aprendizaje digital, entonces los estudiantes perdieron la escritura, perdieron habilidades de comunicación, se fueron a altos niveles de ansiedad”.

Entonces, para los niños fue muy difícil regresar a las aulas, debido a que no tenían el contacto con la autoridad. Fue generando una difícil situación en el conocimiento y comprensión de las matemáticas “no era tan fácil y hasta la fecha sigue siendo muy difícil el establecer la lógica”.

Ejemplificó que para muchos, la escritura se volvió algo donde los niños y los adolescentes han tenido que narrar a través de las aplicaciones “lo que quieren decir, entonces usan el dictado en lugar de la escritura, tienen muchas faltas de ortografía”.

También les afectó en la concentración “se volvieron pedazos, solo se aprenden temas cortos, incluso no sé si se han dado cuenta que si uno no les habla de manera corta, por así decirlo, 10, 20 minutos, perdieron la atención, tienen que mandarles las diapositivas para poder estudiar”.

A su consideración se debería reconsiderar el tema de las clases presenciales porque los niños no prestan atención “ya no pueden ser clases habladas y no tienen que ser dinámicas, tienen que ser a través de juegos, porque el niño ya no tiene estos periodos largos donde el maestro podía hablar, tiene que tener dibujos, videos, como si estuvieran incluso usando cuentos, usando colores, usando otras actividades lúdicas porque incluso los adolescentes o los adultos ya no tenemos la capacidad de retener información”.

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En el caso de los adultos, éstos tienen que estar en el celular jugando para poder poner atención o haciendo varias actividades al momento, “porque después le preguntas a un adulto que tiene que ir al súper y dice se me había olvidado que tenía que comprar huevos y tenía que comprar leche y regresa solamente con mantequilla y dice ah, pues no puedo hacer un pastel”.

Entonces, el aprendizaje se ha vuelto nulo, porque no hay capacidad de retención y todo eso ocurrió en época de pandemia “porque no teníamos que recordar nada. Estábamos sentados en un sillón y lo único que hacíamos era distraernos, porque no teníamos más que agarrar el celular, pedir las cosas en una aplicación y no teníamos que forzar a nuestra mente a recordar cosas ni obligar a nuestro cerebro a exigirle cosas y la verdad, es que el cerebro necesita estar estimulado constantemente”.

Detalla que cuando volvemos al cerebro flojo, la memoria se vuelve floja el cerebro es como una carretera que si se deja de usar se va olvidando. “Recordemos las calles en San Luis, entre menos se usan, pues se van llenando como de baches, porque se van descuidando, se van haciendo como estas calles que se vuelven prácticamente terracería. Entonces así son como nuestras vías neuronales. Se van olvidando, se llenan de tierra y ahí se van quedando. Así funcionan nuestras neuronas. Necesitamos que constantemente estén siendo repavimentadas. Eso pasó en el aprendizaje en el Covid-19, se fueron olvidando, se llenaron de polvo y ahora en lugar de fortalecerse, los maestros no saben cómo enseñarnos. Necesitamos una actualización constante”.