Miguel Saucedo Hernández, cirujano dentista de profesión y costurero de oficio, se dedica desde hace 36 años a la creación, diseño y elaboración de mochilas mexicanas.
Un trabajo que para la industria textil es primordial, pues según las palabras del señor Saucedo Hernández, son estos pequeños talleres como en el que él trabaja, los que mantienen activo el mercado de la fabricación de mochilas a nivel nacional.
Y aunque la importación china se ha impuesto en el sector económico textil, no ha sido impedimento alguno para que se continúe comerciando este tipo de productos 100 por ciento mexicanos , pues su excelencia en calidad los distingue por mucho a lo manufacturado en serie por otros países.
Este taller abrió sus puertas hace 41 años, a cargo del señor Francisco Orta González, quien enseñó el oficio a su nuero, quien es hoy quien dirige este tradicional negocio y que gracias a este trabajo culminó sus estudios profesionales.
En este espacio ubicado sobre la calle Damián Carmona 417, se llegan a elaborar diariamente entre 10 a 30 mochilas, según sea el caso.
No obstante, al tener demanda de diseños exclusivos y personalizados el trabajo suele reducirse a una cantidad mínima de dos mochilas o bolsos por día.
"Pues el tiempo de trabajo depende del material y el tipo de producto que estemos elaborando, hay mochilas que nos llevan hasta dos días el poder hacerlas y terminarlas. Lo laborioso es cuando llega clientela y pide bolsos y mochilas muy específicas, puesto que se tiene que buscar la materia prima adecuada para poder hacerlas".
Los principales materiales que se utilizan en este taller son en su totalidad telas completamente mexicanas, cómo lo es la mezclilla, tela bramante y la tela de loneta, esta última utilizada por ser rígida y duradera.
Pero también se usan los cortes de piel vacuno, para aquellos clientes que buscan un material más resistente y duradero ante el pasar del tiempo y por supuesto su constante uso.
Los estilos en mochilas varían según la funcionalidad, costo y gustos, comenta Saucedo Hernández.
"Pues nosotros tenemos varios modelos catalogados que podemos elaborar desde cero, según la necesidad del cliente. Pero también hacemos trabajos personalizados. Nos traen el diseño que vieron y las hacemos. Pueden incluir más bolsitas, compartimentos especiales para la tablet , celular etc".
Por ejemplo, Saucedo Hernández explica que la clientela que se dedica a la construcción pide mochilas muy específicas, que sean de loneta gruesa, doble costura, cierres de metal y por supuesto, compartimentos dónde puedan guardar la herramienta más pesada, cómo los masos, cinceles y llanas.
Para la temporada escolar, las mochilas suelen elaborarse de otros materiales como nylon y poliéster, pues se utilizan estampados plásticos de personajes infantiles, que tienen que ser impermeables, pero sobre todo ligeros para las espaldas de las y los pequeños.
"Los padres de familia acuden más por temporada escolar, ahí suele aumentar hasta más de un 50 por ciento la venta de producto, así como la elaboración de mochilas".
Respecto al costo, estos suelen fluctuar entre los 260 pesos hasta mil 200 pesos, según el material.
"Las más costosas son las de piel, pero es garantía su durabilidad, pero no toda la gente tiene la posibilidad de costear una de ese precio. Lo que pasa con las de piel solo se pudre el hilo y se rompe la costura, pero más allá de eso, la piel dura para siempre".
A este taller acude todo tipo de clientela, cuenta Saucedo Hernández, sin embargo, la más humilde es la que mejor paga por su trabajo.
"Vienen de todo, pero en cuanto a pedidos y pagos, las personas que podría decirse que tienen menos ingreso adquisitivo pagan mejor los encargos. Nos topamos con clientes de buen rango económico que quieren calidad a bajo costo. Y pues no se puede, son diseños elaborados desde cero y la calidad siempre va de la mano de la inversión, entre menos pagan, menos duran las cosas".
Y aunque durante estos más de 40 años este negocio a permanecido vivo dentro del comercio local, cómo fabricante ha tenido que "ingeniárselas", para mantenerse activo dentro de la economía textil.
"Pues en crisis por la pandemia, si tuvimos que cerrar por semanas, pero afortunadamente siempre tuvimos pedidos de mochilas, eso nunca se terminó, y aunque no abríamos el taller, el trabajo continuó llegando".
Para Saucedo Hernández este taller y negocio, significa para un peldaño en su vida, pues este oficio le ha permitido comprender la valía del trabajo duro y que gracias al esfuerzo , espacios como este pueden llegar a posicionarse en el interés de la clientela, pero sobre todo para saber salir adelante.
Actualmente este espacio cuenta con más de 300 diseños originales de mochilas y una producción basta de mercancía.
"Hace muchos años se hablaba de un libre comercio, una situación que veíamos hasta lejana y hoy en día está saturado por la mercancía de importación. Pero a pesar de que son artículos muy vistosos , la calidad es muy baja, lo que nos ha beneficiado pues la clientela busca mochilas que estén mejor hechas y eso nos hace permanecer dentro de este sector económico".
Hoy día, el señor Miguel es el único de esta familia que se dedica a la elaboración de mochilas, dónde solo su esposa le apoya a terminar el trabajo solicitado, sin plantilla de trabajadores, tan solo él, su máquina y manos.