La escasez de agua ha sido “un factor crítico” para los restaurantes, ya que es indispensable en este tipo de establecimientos, indicó Alejandro Espinosa Abaroa, presidente de la Cámara Nacional de la Industria de Restaurantes y de Alimentos Condimentados (Canirac).
En Exclusiva para El Sol de San Luis, Espinosa Abaroa señaló que durante este periodo de sequía, la industria restaurantera ha tenido que recurrir a la contratación de pipas al igual que la población, para poder continuar en operaciones, “la mayoría de los restaurantes nos estamos manejando con pipas de agua, pedimos a Dios que llueva este año porque si no, no sabemos qué va a pasar, y sin agua no podemos operar”.
Indicó que la falta de suministro de agua potable, le ha representado a los restauranteros un alza en los costos de operación, ya que ésta es indispensable para su funcionamiento, pues por ejemplo se utiliza para los sanitarios y lavar la losa, “el consumo aunque sea responsable en un restaurante, sí abarca muchas cosas”.
La adquisición de pipas de agua varía de acuerdo al tamaño y necesidades de cada negocio, pero mencionó que en el caso de su establecimiento, tiene que adquirir una pipa por día, y durante los últimos días de la semana pasada en la que se incrementó la afluencia de comensales debido al festejo del 10 de mayo, se vio en la necesidad de comprar dos pipas por día.
Así mismo, señaló que una pipa de agua puede costar desde 500 hasta mil 500 pesos, lo que genera un incremento en sus costos de operación; aclaró que hasta el momento no se han dado cierres de restaurantes por desabasto de agua, “pero creo que si seguimos así va a llegar un momento muy crítico”.
Espinosa Abaroa indicó que otro de los efectos que ha resentido el sector restaurantero a causa de la sequía, es el aumento de precio en diversos productos, como la cebolla, jitomate, pollo y carne roja, “han tenido incrementos hasta de 100% y eso nos ha afectado mucho”.
Mencionó que hasta el momento no se ha tenido escasez en el suministro de algún producto, sin embargo los restauranteros han tenido que absorber el alza de precios en sus insumos para no trasladarlo al costo de los platillos.