“Porque mi papel de rudo, me llevó a la fama”, relató el excampeón mundial de Lucha Libre, “Brack Demon”. Y de aquél gran luchador, hoy solo quedan los recuerdos y la nostalgia. De los grandes rings de México, hoy sobre vive en un pequeño taller de tapicería, que se ubica en sobre la Calle Independencia, en la zona centro de San Luis Potosí.
José Luis Silva Villanueva, relató a El Sol de San Luis, como desde sus inicios se convirtió en el ídolo de niños y jóvenes. Se enfrentó con el Hijo del Santo, El Perro Aguayo, El Pantera Silva, Rayo de Plata, Futuro 2000, Blue Panter, el Tigre de Plata, entre muchas batallas.
Yo luché contra grandes figuras de la lucha libre, pero empecé desde abajo, fui chavo de vecindad, viví en la calle Matamoros y la Aquiles Serdán en el Barrio de Santiago, nunca fuí a la escuela, me gustaba la calle y me gustaba ver a mis ídolos de la lucha libre, como Sangre Chicana, El Santo, Bludemon, El Huracán Ramírez
Junto con la “palomilla del barrio”, platicó, se metían a escondidas al edificio del Casino Stic, para ver a los boxeadores y luchadores que entrenaban en ese lugar, “allí nos la pasábamos, había gimnasio, alberca y hasta huerta de árboles frutales”.
Los empleados y los luchadores que hacían sus ejercicios allí, nos ocupaban de mandaderos y para hacer limpieza, así empezamos a relacionarnos con los deportistas y empecé a entrenarme en ese lugar para luchador, como luchador rudo que es lo que me gustaba, con el mote el Break Demon.
“Arriba la banda”, era el grito de guerra del rudo en el ring, recordó, algunos hasta se impresionaban de la forma en que me desempeñaba, en la forma en que me transformaba cuando subía a la arena, detalló.
“Me preguntaba la gente que me veía violento y rudo en la lucha, y despertaba mucho odio y coraje hacia mí, en algunas veces me lanzaban piedras u otros objetos para dañarme; lo peor, es que luego de tanto bullying y agresiones hacia mi persona, me encanijaba y también me ponía a los trancazos con el público”.
Recordó como en una ocasión terminando la pelea en una arena de San Miguel de Allende, lo esperaron los policías para llevarlo a la cárcel porque había cacheteado a una persona del público; “gajes del oficio”, dijo el sonriente viejo gladiador.
Hoy el ídolo de la lucha libre, continúa su lucha, pero ahora por sobrevivir, los años de fama, éxito, y dinero se redujeron a nada, cuando los golpes comenzaron a cobrar factura; hoy acuden todos los días a su pequeño taller de tapicería, en donde las paredes están repletas de viejos carteles promocionales.
Nadie me lo creía pero en efecto, logré ese campeonato en una lucha en la Arena Coliseo, yo era verdaderamente rudo, me entregaba en la arena, a mi público; en una ocasión que luché contra el Hijo del Santo, al final del enfrentamiento me dijo que le gustaba como peleaba yo, que era un rudo entregado, que no respetaba a las figuras y que eso lo gustaba
El campeón mundial, ahora disminuido en sus capacidades físicas, casi sin dentadura y un poco melancólico, se queja de que ninguna autoridad apoye a la lucha libre, como un deporte que aleje a los niños y a juventud de los vicios y de la delincuencia; “yo me metí a la lucha libre por gusto".
Golpes sí, de hecho tengo una lesión en mi cráneo, en la barbilla, se me dislocó el hombro, me corté un pedazo de lengua en un enfrentamiento, y de la columna ya ni se diga, ya no puedo luchar, es la verdad
“Pero nada de fracasos, yo no tuve estudios; yo vengo de abajo, pero la vida en la lucha me dio muchas satisfacciones, con mi trabajo le di estudios a mis dos hijas, una es contadora y la otra estudió en la escuela del hábitat de la UASLP”.