Dejemos rivalidades, odios, venganzas y envidias, y optemos por amar a nuestro prójimo sin ser mezquinos y “dobles caras”, no midamos el amor a nuestros hermanos, debemos amar, aceptar, respetar y comprender a las personas con todo y sus virtudes y defectos, incluso debemos amar a nuestros enemigos con amor incondicional y practicar el perdón, aunque nos cueste trabajo.
La Semana Santa es un tiempo favorable de hacer vida el Evangelio y amar sin mezquindad o por conveniencia. Dios nos exhorta a amarnos y vernos todos como hermanos, a practicar la caridad y a hacer el bien que hemos dejado de hacer tantas veces.
Así lo señaló en la Catedral Potosina, Mons. Jesús Carlos Cabrero Romero, quien presidió la Misa Vespertina de la Cena del Señor en Jueves Santo a las 17:00 horas, acompañado del Venerable Cabildo Catedralicio, en la que conmemoró la institución de la Eucaristía, también llamado “El Sacramento del Amor”. Además en señal de humildad, amor y servicio al prójimo, el Pastor Católico lavó los pies a 12 hombres que se revistieron de Apóstoles, para después bendecir los panes que llevaron familias potosinas, y por último dio la bendición con el Santísimo para dar así inicio a la Adoración de Jesús Eucaristía durante el recorrido por los Siete Altares.
“Recordemos que el Jueves Santo es un día muy Sacerdotal y sobre todo muy trascendente en nuestra vida de fe, porque recordamos que Jesús se nos entrega como alimento de Vida Eterna; nos da Su Cuerpo y Su Sangre, que se convierten en alimento y bebida de salvación”.
“Eso nos recuerda el pan bendito: que debemos comer a Aquél que es Vida, amor, consuelo y fortaleza en nuestras penas y adversidades, de ahí que sea su Cuerpo verdadera comida y su Sangre verdadera bebida para ganar la vida eterna, por eso Quien come mi carne vivirá eternamente”.
El jercarca católico indicó que la Iglesia no exige mucho realmente, sólo pide no comer carne los tres días que dura el Triduo Pascual, y hoy Viernes Santo, pide ayunar en reparación de los pecados del mundo entero; es el único día que exige ayuno y abstinencia, como nos lo pidió el Miércoles de Ceniza.
Exhortó a las personas que tienen que vacacionar o viajar para reunirse con sus seres queridos, que realicen sus viajes, pero que participen con fervor y sumo respeto en las Celebraciones del Triduo Sacro, así como a buscar momentos piadosos para vivir la Semana Santa como Dios nos lo pide.
“Les doy la bienvenida a los turistas y les deseo que descansen sanamente pero viviendo la fe católica. Debemos celebrar estos días no solamente mirando a Cristo Crucificado sino viendo en cada prójimo el rostro de Jesús”. Concluyó el jerarca católico.