De rodillas le pide a la Virgen de Guadalupe cure a su hija que sufre convulsiones

Con Fe quiere combatir lo que la ciencia no ha podido. "Le han hecho estudios a mi hija y no saben por qué convulsiona, Dios todo lo puede".

Paula Montero | El Sol de San Luis

  · jueves 10 de diciembre de 2020

Talía Alatorre comenzó su ‘manda’ de rodillas desde el inicio de la Calzada, hasta la Basílica de Guadalupe, con su mamá y su hija /NORMA RIVERA

Desde donde inicia la calzada Talía Alatorre inició su manda de rodillas hasta la Basílica de Guadalupe. Acompañada de su mamá y su hija, avanzó hacia el recinto guadalupano con ayuda de dos cobijas en busca del milagro.

Mientras que su mamá, la señora Rosa Elena López Gutierrez caminaba junto a ella tomando su mano, animándola a continuar, su hija movía las cobijas una detrás de otra para que pudiera avanzar en su propósito.

El motivo de la manda es, la salud de Aislín Tamara, quien padece de convulsiones continuas desde hace cuatro años, no tiene un diagnóstico pese a que la han llevado con médicos para saber qué las ocasiona, incluso, le han hecho estudios para saber qué sucede, pero siempre el resultado es nada, que está bien.

Las vecinas de la colonia Urbi de la capital potosina llegaron a la Calzada de Guadalupe, pidiéndole el deseo a la madre más querida de México, a la cual los creyentes católicos la asocian con milagros.

“Nos decidimos a hacerlo porque una vez yo caminé hasta San Juan de Los Lagos, pidiéndole un milagro a la Virgen, por otro de mis hijos que estaba mal de salud, y pues, hasta hoy no se ha enfermado y confiamos en que la virgencita ayude a mi nieta”, compartió la señora Rosa Elena.

Aseguró que siempre han visitado a la Virgen de Guadalupe en su cumpleaños, aunque este año ha sido atípico, por la decisión de las autoridades gubernamentales y religiosas de cerrar el templo, su fe no les impidió hacer este trayecto caminando y de rodillas.

Mientras Rosa era entrevistada, no hubo pausas en el trayecto, ella no soltó la mano de su hija, mientras que su nieta no dejó de mover las cobijas para que su mamá avanzara, a paso continuo y firme, estaban decididas a cumplir esta manda por Aislin, quien apenas este miércoles cumplió 16 años de edad.

Talia lleva puesto su cubrebocas no era posible ver su rostro completo, pero en sus ojos era notorio el cansancio, y el dolor que ya sentía en sus rodillas, “es la primera vez que hace una manda así, siempre hemos sido guadalupanas y con la fe todo es posible”, expresó Rosa.

En los alrededores no había peregrinos haciendo ‘mandas’ como en años anteriores a la virgen en estas mismas fechas; personas paseando a sus mascotas, automovilistas que hicieron alto para darle oportunidad de pasar, y los que estaban sentados en las bancas, solo observaron a las tres mujeres, en busca del milagro para Aislin.