La variedad gastronómica en El Saucito es atractiva para cientos de personas que todos los fines de semana, llenan los puestos, fondas y restaurantes que ofrecen desde una tostada borracha hasta un platillo agridulce en un restaurante de comida china.
A las 4 de la mañana, sábados y domingos en la fonda Doña Pera, el menudo está hirviendo en la enorme olla de 30 litros esperando a los primeros clientes que, generalmente, son trasnochados que llegan a “bajarse la fiesta” para dormir más a gusto. Panza, libro y pata es lo más solicitado, con tortilla hecha a mano, salsa del molcajete y una cerveza fría. Todo por 120 pesos en promedio.
Ya amaneciendo, empiezan las planchas a calentarse para recibir las primeras gorditas, quesadillas y sopes; la masa se vuelve manjar; chicharrón verde y rojo, papas, huevo, flor de calabaza, champiñones, de todos los guisados hay para satisfacer a los gustos más exigentes. Al menos tres restaurantes con capacidad para 50 personas aproximadamente, dan servicio desde las 8 de la mañana para recibir a quienes acuden a la misa al templo del Señor del Saucito.
Las tradicionales gorditas de horno rellenas de chicharrón, queso o rajas, entre otros guisados, invaden con su olor el ambiente. El horno de leña arroja la humadera por la chimenea y ubica a los clientes que, luego de pasar a la tienda por un refresco, se llevan su “gordita ahogaperros” -así se le conoce- bañada en salsa estilo casero. Con una es suficiente para llenar.
Llegado el medio día, ya están en operación los puestos de las famosas tostadas borrachas; se trata de una tostada con una cama de salsa, luego le ponen frijoles de la olla o de bolita, nopales, cilantro, cebolla, más salsa y listo, a degustar el alimento más tradicional y buscado todos los fines de semana en El Saucito. Hay turistas que solamente acuden a ese sector del norte de la ciudad para llevarse la famosa tostada.
Recientemente en la zona se han instalado restaurantes de comida china y japonesa que han tenido gran éxito. Sobre todo entre los habitantes del sector que buscan otras opciones, más allá de las tostadas, gorditas o barbacoa a las que ya están acostumbrados. Así, los platillos del teppanyaqui y la comida agridulce del Medio Oriente, satisfacen los paladares de quienes antes le entraban duro a la masa y la carne.
Todo está variedad gastronómica se complementes con los tamales, tacos de canasta, frituras y hasta mariscos que se ofrecen a los visitantes del Saucito el puestos ambulantes todos los fines de semana.