De cumbias…a cumbias

Si a los rateros les cortarán las manos…¿a los violadores?

Raymundo Rocha

  · lunes 23 de abril de 2018

Foto: Norma Rivera

.Si besando la cruz estás tú

Rezando una oración estás tú

Cómo te voy a olvidar

Cómo te voy a olvidar…

Al ritmo de esta estrofa retumbaba la pletórica plaza de Los Fundadores interpretada por el grupo Ángeles Azules originario del barrio San Lucas en Iztapalapa, mientras que a 418 kilómetros de distancia, en el Palacio de Minería de la Ciudad de México, cinco aspirantes presidenciales bailaban al ritmo de otra cumbia, la del debate.

“Qué bueno que a los rateros les van a cortar las manos si gana el Bronco, pero ¿qué les cortarán entonces a los violadores?”, fue la pregunta que más incertidumbre causó entre quienes siguieron a detalle el primero de tres encuentros, entre quienes aspiran a gobernar este país los próximos seis años.

Las casi 40 mil personas congregadas en la recién ampliada plancha frente al majestuoso edificio central de la Universidad Autónoma de San Luis Potosí, ya tendrán la oportunidad de enterarse posteriormente de las propuestas, posturas y pronunciamientos que hicieron los abanderados, porque por lo pronto, se entregaron en cuerpo y alma a la cumbia sonidera.

Sin embargo, en las pantallas de restaurantes, bares y cafés así como en las casas de miles de potosinos que siguieron el debate, la cumbia estuvo más sabrosa y animada. Cuatro hombres y una mujer con sus posturas tratando de convencer al electorado de que son los mejores.

Margarita Zavala y Jaime Rodríguez “El Bronco”, por el lado independiente; José Antonio Meade de la coalición Todos por México; Ricardo Anaya de la coalición por México al Frente y Andrés Manuel López Obrador de la coalición Juntos Haremos Historia, durante dos horas hablaron de seguridad, corrupción, riqueza, pobreza, traiciones, promesas, encuestas, aviones, millones, buenos, malos, Salinas, mafias y manos mochas.

Pudieron ver a un López Obrador bañado de teflón, con una sonrisita burlona ante los bien orquestados ataques en su contra, con una concha enorme que le sirvió de blindaje ante las acusaciones y sus contradicciones, con una dicción en cámara lenta y con una soberbia mas grande que la ambición que reflejan sus tres campañas presidenciales.

A una Margarita Zavala ignorada ante la defensa permanente de su marido y a un Bronco con un inicio sentimental, un intermedio sorprendente con su propuesta de “mocharle” las manos a los rateros y un final esperado. A un Pepe Meade que se pasó de institucional y serio y a un Ricardo Anaya informado, agresivo y puntual en sus señalamientos. Si fue un “todos contra el Peje” como se esperaba.

En los cuartos de guerra de los candidatos en esta capital, las computadoras y call center fueron exigidos al máximo. Las redes sociales estallaron, ahí fue el verdadero debate, los memes, los encontronazos, las burlas, las mentadas, las agresiones, las porras, todos con la instrucción precisa de colocar como tendencia de ganador a su abanderado.

Los potosinos al igual que todos quienes presenciaron el debate a lo largo y ancho del país pudieron ver mas de lo mismo, incluso los textos pronunciados en los spots; extremadamente cuidadosos, los candidatos no aportaron nada nuevo, carecieron de propuestas y provocaron que, las primeras encuestas, mantuvieran a todos en la misma posición que tenia antes de encontrarse esta noche.

Mientras la masa se movía al ritmo de la cumbia en la plaza, los candidatos presidenciales se provocaban, se lanzaban buscapiés, evadían las preguntas y no concretaban las respuestas ni de sus adversarios ni de los periodistas.

Promesas, promesas y más promesas. En un céntrico restaurante, un joven que no alcanzó a ingresar a la plancha de Los Fundadores y tuvo que esperar a sus amigos a que terminara el concierto de los Angeles Azules, dijo que si antes no sabía por quien iba a votar, ahora menos. “Pensé que El Peje era una opción pero después de ver que a todo responde ‘amor y paz’, ya no estoy tan seguro”.

Y mientras, miles seguían moviendo el cuerpo al ritmo de “como te voy a olvidar”…