El número de nacimientos registrados en San Luis Potosí en 2020 fue de 21 mil 380, revelaron las estadísticas que publicó el Instituto Nacional de Estadística y Geografía, (INEGI), y recientemente se destacó que de esos, unos 700 partos, cada año, son humanizados, es decir son aquellos en los que la protagonista del parto es la madre y no los médicos, así que todas las decisiones que tome, serán respetadas.
La atención del embarazo representa más de la mitad de los egresos hospitalarios y cirugías que se realizan en las instituciones hospitalarias, por tal razón surge la necesidad de incorporar modelos de atención que centran a la mujer como partícipe del proceso del embarazo, parto y puerperio y no como objeto de ello.
Se han realizado alrededor de 700 partos denominados humanizados, la mayoría en Aquismón y Matlapa, en este tipo de partos se implementa una atención centrada en la mujer, que reconoce el embarazo y parto como un evento biológico, social, cultural y afectivo, se privilegia una relación de colaboración cercana con la mujer, proporcionándole información y consejería de una manera respetuosa, promoviendo su participación y toma de decisiones informada.
La atención del parto es altamente medicalizada con intervenciones innecesarias en la cual se descuidan las necesidades emocionales de la embarazada y contribuye al incremento del costo global de los servicios médicos. Ante esta práctica se visibilizó la violencia contra la mujer en instituciones de salud, la falta de respeto y maltrato en el ámbito de la salud sexual y reproductiva.
La implementación de los entornos habilitantes para la atención del trabajo de parto y parto de bajo riesgo y de la persona recién nacida, son estrategias que han demostrado reducir de la morbilidad y mortalidad materna y perinatal, fomentan el respeto a los derechos sexuales y reproductivos y la atención centrada en la mujer para lograr una experiencia positiva durante la atención del trabajo de parto y la atención inicial al recién nacido.
Actualmente se tiene como elementos centrales para favorecer una experiencia positiva para la mujer y su familia, un Enfoque de derechos humanos, dignidad humana y no discriminación el cual se basa en el derecho que tiene cada persona a tomar decisiones en relación con su cuidado, ayudando a que las personas tomen decisiones informadas por medio de un diálogo abierto y respetuoso.
Perspectiva de género, la cual promueve un abordaje de la salud sexual y reproductiva, basado en las necesidades diferenciales que pueden experimentar las personas, en función de su sexo, género, identidad u orientación sexual.
Además de un Enfoque intercultural que es la habilidad de interactuar de manera respetuosa y efectiva con las personas de culturas diferentes a la propia. Más allá de la sensibilidad y conocimiento de otra cultura, implica reconocer y respetar el impacto que tiene la propia cultura en las necesidades de atención y formas de cuidado de la salud.