Anteriormente la cultura de la sociedad marcaba la necesidad de contar con viviendas amplias, de tres o más recámaras, sin embargo en los últimos 11 años se ha reflejado una tendencia mayor hacia viviendas más prácticas, económicas y de menor densidad, pues las nuevas generaciones buscan vivir en lugares más modernos pero ubicados en zonas cercanas a los servicios más esenciales.
En entrevista el presidente de la Asociación Mexicana de Profesionales Inmobiliarios (AMPI), Alejandro De la Torre Martínez, explicó que la nueva cultura de la sociedad, principalmente de los jóvenes, ha influido en el tipo de oferta de vivienda que los desarrolladores construyen hoy en día. Anteriormente las personas eran más convencionales, buscaban casarse y tener hijos por lo que necesitaban una casa grande; ahora las nuevas generaciones optan por vivir solos o en unión libre, en muchos casos no planean tener hijos, y por ello buscan más los departamentos o viviendas de máximo dos recámaras.
Señaló que, aunque siguen existiendo familias que buscan una vivienda más convencional, con tres recámaras o más, jardín y área de esparcimiento, ya es menor el porcentaje. De la demanda que hoy existe en el mercado en materia de vivienda, posiblemente un 65 por ciento busca departamentos, un 30 por ciento prefiere la vivienda convencional y un 5.0 por ciento opta por la de tipo residencial.
“Entrando el 2010 nos fuimos dando cuenta de que los jóvenes ya no buscaban vivienda o sólo rentaban, y la que rentaban era pequeña, buscaban mucho de una o dos recámaras como máximo y no había ese tipo de vivienda, por lo que esto fue cambiando y se fueron haciendo estos cambios, incluso en Infonavit no se permitían vivienda de una sola recámara pero ahora ya se puede voltear a ese tipo de vivienda, claro más amplia en otros espacios", expresó.
No obstante, apuntó, la parte económica también ha sido un factor muy determinante en esta situación, pues antes adquirir una casa o un terreno grande era mucho más barato que hoy. Actualmente una vivienda residencial puede tener un valor que va desde los 8 millones hasta los 30 millones de pesos; las casas convencionales pueden rondar de los 3.5 millones hasta los 6 millones de pesos; y un departamento económico puede costar de 3 millones de pesos hacia abajo.
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