Juan Alberto Martínez Andrade, coordinador de Auxiliar de Gestión Médica del Instituto Mexicano del Seguro Social, IMSS, aseguró que son diversas las enfermedades que pueden ser transmitidas por alimentos, conocidas como ETA, entre ellas se encuentran las de carácter infeccioso o tóxicas, que generalmente se presentan en dos o más personas después de la ingestión de un mismo alimento.
Los sistemas sanitarios mundiales reportan que las enfermedades transmitidas por los alimentos, (ETA), constituyen un importante problema de salud a nivel mundial, pues son provocadas por el consumo de agua o alimentos contaminados con microorganismos o parásitos, o bien por las sustancias tóxicas que aquellos producen.
A razón de esto, se pueden presentar otras irregulares que son más frecuentes y que son transmitidas por alimentos, como son la Brucelosis, Shigella, Tifoidea, Intoxicaciones alimentarias no especificadas, salmonelosis y otras infecciones intestinales, cólera, géneros campylobacter, listeria, yersinia, etcétera.
“Existen distintas fuentes que pueden ocasionar las enfermedades transmitidas por alimentos en descomposición, por ejemplo, se específica que en temporada de calor hay que tener cuidado con los huevos, carne, pollo, productos lácteos y enlatados”.
A la población le recuerda que es fácil que en esta temporada en que se incrementan las temperaturas, algunos de los alimentos entren a estado de descomposición, el tiempo que pueden tardar en echarse a perder es mucho más pronto de lo normal.
Por eso se recomienda que los alimentos estén en refrigeración, tanto antes de su preparación como los sobrantes que se guardan, a fin de que se preserven en buenas condiciones el mayor tiempo posible y se evite la aparición de bacterias y virus.
También recomienda que para evitar la contaminación de los alimentos, es importante llevar a cabo el lavado de manos antes, durante y después de la manipulación de los alimentos, además de realizar la desinfección de forma correcta de frutas y verduras antes de su preparación y consumo.
En caso de consumir productos del mar como pescados y mariscos, cerciorarse que los productos se encuentren en buen estado, deben tener olor fresco y suave, nunca agrio, amargo o de amoniaco. Los ojos del pescado deben ser transparentes y sobresalir un tanto.
Revisar las agallas o branquias para ver si el pescado está fresco. El pescado debe tener una piel brillante con la carne bien pegada a la piel. Las escamas no deben estar sueltas; al momento de la elaboración de estos productos se debe considerar que no deben de pasar mucho tiempo fuera de refrigeración, ya que se podría activar la reproducción de bacterias.