Nuestra vida con Dios y Jesús después de la muerte depende de cómo nos comportemos ahora. Por ello, Dios espera que seamos buenos con nosotros mismos y los demás. Es fácil olvidarse de eso, pero la Cuaresma sirve como recordatorio. Sugiere a tu hijo que piense en la Cuaresma como una manera de acercarse a Dios.
La Cuaresma comienza con el Miércoles de Ceniza, que, para muchos creyentes, incluye un dibujo simbólico de una cruz de ceniza en la frente. Las cenizas sirven para que recordemos nuestra mortalidad, pero no es necesario fomentar esta idea con demasiada fuerza en niños muy pequeños. Sé práctico en cuanto a los conceptos de la tradición.
Algunos niños pueden resistirse a esta ceremonia en un primer momento y eso está bien. Lleva a tu hijo a la iglesia el Miércoles de Ceniza, pero no lo obligues a participar. Tu hijo puede necesitar tiempo para entender y aceptar la idea.
Resalta la importancia de los cuarenta días. Dile a tu hijo que la Cuaresma dura cuarenta días porque ese es el tiempo que Jesús anduvo errante por el desierto, en ayunas, cuando se resistió a la tentación de Satanás. Explica a tu hijo que tiene una oportunidad, durante los cuarenta días de la Cuaresma, para rendir homenaje a Jesús mientras se esfuerza por acercarse más a Dios y resistir las tentaciones del diablo.
Enseña a tu hijo acerca de la importancia del agua. El agua es fundamental para nuestra vida, pero también representa el bautismo y el lavamiento de nuestros pecados. Coloca un símbolo en tu casa, por ejemplo, una botella de agua y anima a tu hijo a expresar su importancia.
Explica el ayuno. Durante la Cuaresma, los cristianos "ayunan" en varias formas para conectarse con Jesús y honrarlo, ya que él ayunó durante cuarenta días en el desierto. No tienes que esperar que tu hijo haga un enorme sacrificio simbólico durante cuarenta días, pero puedes enseñarle el concepto y animarle a probar el ayuno, tal vez podría renunciar a los dulces o los juegos de video.
Ten en cuenta que durante la Cuaresma, el "ayuno" no siempre implica alimentos. Hay otras maneras de practicar el sacrificio y luchar por estar cerca de Dios. Jesús no vivió en el lujo, así que renunciar a algo innecesario es otra manera de honrar su vida.
Este periodo de ayuno es también un buen momento para mostrar solidaridad con las personas que no tienen suficiente comida. Por ejemplo, tu hijo y tú pueden alimentar a alguien que sea pobre, preparar comida para alguien o donar alimentos a un refugio o banco de alimentos.
Fomenta el arrepentimiento. Enseña a tu hijo que al arrepentirse de sus pecados, tendrá una relación más cercana con Dios. Los niños no son pecadores por naturaleza, por ello, es posible que no entiendan el concepto al principio. Sin embargo, al alentar a tu hijo a admitir y disculparse por su mal comportamiento (pelear con otro niño, decir malas palabras, comer dulces a escondidas), puedes hacer que tu hijo se convierta en una persona poco a poco más madura.
Explica a tu hijo, con fáciles ejemplos qué es un pecado de acuerdo a su edad. Sin necesidad de que pierda su inocencia y transparencia de corazón.